lunes, 30 de noviembre de 2020

Seda

 


Recuerdo, con una infinita melancolía y con una infinita ternura, la primera vez que leí Seda, de Alessandro Baricco. Fue una obra que penetró en mí desde la primera página con su música especial, con su sintaxis inesperada, con su fragante lentitud, haciéndome comprender, casi de forma instantánea, que Hervé Joncour y la atmósfera que a su alrededor había creado el escritor turinés iban a quedárseme dentro. Así sucedió.

Ahora, unos años después, vuelvo a ella y es como si me bañara otra vez (lo siento, Heráclito, pero así lo he sentido) en el mismo río de belleza, inalterada, generosa, delicadísima, mayestática. Las frases cortas (como pasitos japoneses) siguen en ella fascinándome, y sus referencias paisajísticas y sensoriales no han perdido ni un miligramo de eficacia. He acompañado a Hervé Joncour en sus viajes al fin del mundo para comprar huevos de gusanos de seda a Hara Kei; he sentido mi piel estremecerse cuando él veía a la misteriosa y tenue mujer que acompañaba a su anfitrión en absoluto silencio; he ido, como él, enamorándome de un enigma y unos ojos mudos; he experimentado su misma nostalgia cuando desde la pequeña localidad de Lavilledieu recuerda los movimientos lánguidos y lentísimos de la dama; y he notado la tristeza de clausura que lo invadió cuando Madame Blanche le traduce una carta enviada por ella, donde le manifiesta su amor, su deseo y su despedida. Cuando Alessandro Baricco explica al final de la novela el misterio de la carta, para qué voy a negarlo, he vuelto a notar los ojos llenos de lágrimas, como la primera vez.

Decía Miguel Ríos en una de sus canciones que al lugar donde has sido feliz es mejor que no trates nunca de regresar. Con los libros no siempre ocurre así: el reencuentro, en ocasiones, duplica la dicha.

2 comentarios:

Dorotea Hyde dijo...

Hola! Seda es una lectura deliciosa. Justo lo vi el otro día y me entraron ganas de releerlo. Siento no estar de acuerdo Miguel Ríos. Hay lugares felices en literatura y cine que es hasta necesario revisitar.

Un saludo.

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Yo soy muy de releer obras clásicas, pocas veces rereleo libros "modernos", pero de vez en cuando lo hago.
Esta de momento está aún muy Fresca para una relectura.

Besos.