sábado, 28 de noviembre de 2020

La calle de las Camelias

 


Un bebé ha sido abandonado junto a la verja de una casa. Es una niña. Lleva adherido a su ropa un papelito donde pone su nombre: Cecilia. Compasivos, los dueños de la vivienda deciden adoptarla... A partir de ese momento, la escritora Mercè Rodoreda nos va contando, con prosa admirable, la historia de esa niña, que se condensa en el libro La calle de las Camelias, que obtuvo el premio Ramón Llull en el año 1969.

Anoto, sintetizados, algunos datos sobre la evolución de la protagonista con respecto a los hombres: su padre adoptivo, el señor Jaime, decide no enviarla a la escuela, para educarla él mismo; Eusebio, el primer hombre con el que mantiene una relación, la lleva a vivir a una chabola; un fondista la convierte en su querida (“No me gustó nunca. Pero yo tenía hambre”, p.121); Marcos, otro hombre casado que la mantiene, la golpea y la recluye en una casa, donde la somete a una estrecha vigilancia; Eladio, que la saca de esa situación, la lleva a otra casa, donde le hace que camine, coma y permanezca todo el día desnuda; Esteban, de más edad, la cuida y la baña como si fuera una muñeca… En realidad, si nos fijamos un poco, todos proceden con ella de la misma manera: cosificándola. Cecilia carece de opinión y de control sobre su propio destino. Diosa o puta, pero no mujer. Fue un objeto desde que nació y la siguieron tratando de la misma forma, hasta que una donación generosa de uno de sus amantes le permite asir las riendas y despojarse de humillaciones externas. Entonces, decide buscar al sereno que la encontró en la calle cuando era un bebé, para ver si descubre algo significativo sobre sus orígenes. Y encuentra cosas asombrosas.

Una novela lírica y dura sobre los destinos malbaratados por el azar y la pobreza, que la escritora catalana compone con una elegancia exquisita. Qué maravillosa escritora fue Mercè Rodoreda.

2 comentarios:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Creo que de Mercè Rodoreda solamente he leído La plaza del diamante y Mi Cristina y otros cuentos, pero como lectura obligatoria de catalán y entonces no lo disfrutas igual (sobre todo porque a los valencianos nos da mucha rabia que nos ponga literatura catalana 😂😂😂)

Besos 💋💋💋

Ana dijo...

Uf, ¡menuda historia! Cuando he empezado a leer la reseña parecía imposible que diera el giro que nos traes. Interesante. Saludos.