Después de haber entregado a los lectores un buen número de
consejos para obtener resultados en las relaciones amorosas (Arte de amar), Ovidio compuso los versos
de Remedios del amor, un complemento
de la obra anterior destinado a los “jóvenes engañados, a quienes el amor que
tenían les ha decepcionado por completo”. De esa forma, quien les enseñó el
camino de ida les facilita también instrucciones para el camino de vuelta, con
el fin de “apagar crueles llamas y liberar al corazón de sus propias pasiones”.
En esa operación purificadora, es primordial que el sujeto
interesado se tome interés en conseguir la amnesia de sus pasados amores
(“Colabore cada cual en su propia liberación”), porque si tú no comienzas el
tratamiento cuando aún es fácil, luego resultará más penoso abordarlo. Por eso,
Ovidio insta a la rapidez de la reacción como primer paso (“Apresúrate y no lo
vayas aplazando de hora en hora; quien hoy no puede, menos podrá mañana. Todo
amor encuentra razones y se alimenta con las dilaciones”).
En primer lugar, hay que huir (lo dice el poeta) de la
ociosidad. Debes encontrar una ocupación en la que distraer tu mente: caza,
agricultura, largos paseos, viajes, etc. Y, sobre todo, “rememora con
frecuencia las malas pasadas de tu amiga e imagínate como si estuvieran ante
tus ojos todos sus desmanes”. Será impagable recurso para olvidarla mejor.
En segundo lugar, toma nota constante de los defectos de su
cuerpo, que podrás repetirte y agrandar cada día, para mejor apartarla de ti. Y
trata de no disfrutar sólo de una amiga, sino de varias, para que ninguna
llegue a obsesionarte. Y no releas nunca sus viejas cartas. Y aléjate de los
lugares donde compartiste con ella momentos especiales o dulces. Y…
Los consejos y advertencias que Ovidio va engarzando en estas páginas muestran un enorme sentido común, que los amantes derrotados o entristecidos deberían escuchar y aplicarse. Por eso, Remedios del amor es una breve joyita que no ha perdido ni un ápice de frescura con el paso de los siglos. Siempre habrá personas necesitadas de olvidar; y Ovidio, inteligente, irónico y tierno, les facilita la mejor manera de lograr sus propósitos.
2 comentarios:
El sentimiento del amor como muchos otros son eternos y no conocen de épocas y modas. Enamorarse y desenamorarse siempre será semejante. El atractivo de la persona amada nos invadirá y enajenará en un momento y en otro puede que deseemos olvidarnos de ella por completo. Publio Ovidio Nasón que tanto sabía de amor también sabía de desandar el camino.
Gracias por recordarnos este clásico universal, Rubén
Un saludo
Lo leí hace mucho, pero mucho, en esa edad en la que de haber tenido acné, hubiera tenido la cara llena 😂
Y...no lo recuerdo bien.
Mi lista de relecturas es ya más larga que la de lecturas pendientes.
Besos.
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