sábado, 29 de marzo de 2025

Tristes armas

 


Harmonía y Rosa son dos criaturas que, desde sus primeros años, han sufrido golpes terribles a causa de la guerra civil española de 1936. Su padre era un maestro que, negándose a aceptar la sublevación de los militares desleales, toma las armas para combatir por la república; su madre trabaja como enfermera en un hospital de campaña. Ambas ocupaciones les impiden atender a sus hijas de la forma en que quisieran y, sabiendo que sus familiares son afectos a la causa fascista, prefieren dejarlas en un orfanato. Unos meses después, las verán partir hacia Rusia, donde (sin que ellas lo sospechen) habrán de permanecer muchísimo tiempo. Es la triste condición desgajada de los niños de la guerra.

Repartiendo su mirada en dos frentes narrativos, la gallega Marina Mayoral nos va relatando las vicisitudes de ambas ramas familiares: esos padres que se quedan, esas hijas que crecen en un mundo lejanísimo. En los dos lados florece el sufrimiento, pero también en los dos palpita la esperanza. “Si las cosas fuesen como deben ser, si siempre ganasen los buenos, este mundo sería un paraíso; y no lo es. Pero nuestra obligación es luchar para que no sea un infierno”, dice uno de los personajes en la página 51. Y creo que el ímpetu moral de esas palabras es el que mantiene el tono humano de la obra, donde vemos a unas niñas que, tras escribir una primera carta a su madre (una carta que la guerra, primero, y la censura, después, y la cicatería de sus familiares, por fin, paraliza antes de que llegue a su destino), se dedican a la valiente tarea de sobrevivir, con la ilusión del reencuentro.

Durante los años y décadas siguientes, cada uno de los personajes irá labrando su propio sendero: celebrarán matrimonios, tendrán hijos, se esforzarán por sus ideales, soñarán con volver a ver a los demás, se apoyarán con infinito amor. Y, al cabo, como las golondrinas, terminarán volviendo al pueblo de la infancia, donde el nieto del viejo cartero les reserva una sorpresa.

Una novela deliciosa, que no solamente gustará a los lectores jóvenes, sino que les permitirá conocer un período tan triste como inolvidable de la historia de España.

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