En
el relato “Pentimento”, con el que se abre el libro, encontramos a un hombre
que, tras haberse separado de su pareja, se instala para pasar unos días en una
solitaria cabaña en lo alto de un monte. Allí descubre una caña de pescar y una
escopeta. En el relato “El cielo de Madrid”, con el que se cierra el libro,
encontramos a un hombre que, tras haber sido abandonado por su pareja, accede
en el mundo virtual de AltLife a una solitaria cabaña. Y también
aparecen en esa recreación del algoritmo una caña de pescar y una escopeta.
Queda en manos de los lectores establecer los posibles nexos entre los dos
extremos de esta brillante cuerda narrativa que lleva por título Magnífica
desolación y que, trenzada por Javier Moreno, vio la luz con el sello
Candaya. Sus cuatro propuestas nos invitan a participar en búsquedas, que
tienen que ver con el misterio y con la infelicidad humana, y requieren de toda
nuestra concentración.
“Pentimento”
nos muestra a un escritor que ha decidido aislarse durante unos días en un
refugio de montaña con dos obsesiones clavadas en la mente: la triste
separación de T y la constatación de que la novela que ha publicado (y que
todos celebran como un éxito editorial) presenta notorias grietas, que se
agrandan conforme medita sobre la textura y acciones de sus personajes.
“Los
reinos de lo irreal” nos invita a seguir por la ciudad de Chicago los rastros
de Henry Darger (“un pintor y escritor que era conserje de hospital que
escribió la novela más larga de la historia con el título más largo de la
historia”) y Vivian Maier (“una fotógrafa que era en realidad niñera y que dejó
cien mil negativos sin revelar”). Dos seres extremos y marginales que se
conocieron y a quienes el porvenir ha tratado de forma desigual.
“Magreb”
es una deliciosa sucesión de fotogramas o cortometrajes que plantean un
intrigante ejercicio de variantes (la misma escena, constantemente retocada o
ampliada o matizada), que solamente al final desvelarán su truco narrativo.
“El
cielo de Madrid”, espectacular novela corta, nos sitúa frente a un espejo duro
y revelador: la forma en que vivimos existencias paralelas, reacios a tomar
unas decisiones que puedan herirnos o herir a otras personas, el modo en que
buscamos las ilusiones perdidas (o su sucedáneo) en cualquier arcón donde
sospechemos que puedan estar guardadas.
Estilísticamente, el tomo es soberbio, como siempre ocurre con la prosa de Javier Moreno. Y permítanme un paradójico detalle final, antes de invitarles a que se animen a leer la obra: creo que lo mejor de este espléndido volumen de relatos es la sensación que te queda, como lector(a), cuando, terminadas las páginas de cada narración, tragas saliva y aceptas la posibilidad de haber entendido mal o de forma incompleta el espíritu de la misma. Esa seria posibilidad, que admites con un cabeceo laudatorio, sugiero complementarla con una segunda lectura de cada relato, antes de avanzar al siguiente. Creo que me agradecerán el consejo.
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