Fijémonos
en las tres figuras que conforman el esqueleto de esta pieza teatral. De un
lado, Maite, una maestra de 55 años que se ha curtido en mil batallas docentes
y que se ha acorazado contra ciertas implicaciones emocionales que, aunque
plausibles, resultan poco prácticas para el desempeño de su trabajo; del otro,
Alma, una joven de 26 años que acaba de aprobar las oposiciones y que llega a
la enseñanza con el corazón limpio, la voluntad indesmayable y las ilusiones
intactas. En medio, José, un chiquillo de 8 años que procede de un entorno
familiar y social bastante delicado, y que se convierte en el centro de
atención de Alma, que trata de protegerlo, encauzarlo y salvarlo.
Fijémonos
ahora en el paisaje que rodea a estas tres figuras centrales: el colegio
Federico García Lorca, situado en una barriada difícil, con una atmósfera de
drogas, pobreza y delincuencia, que erosiona la fe de sus docentes y que dibuja
para los alumnos un futuro nada halagüeño, que pasa casi inevitablemente por el
robo de coches o el tráfico de estupefacientes.
Alma,
durante los meses que dura su período de prácticas, centrará sus mejores
esfuerzos en José, al que intenta redimir de su destino (que intuye más bien aciago)
enseñándole a hablar, a escribir, a dibujar y a concebir ilusiones (promete
llevarlo a conocer el mar). Acabado ese curso, tendrá que presentar un informe
donde exponga y razone qué ha hecho y por qué lo ha hecho… Pero el azar, con su
crueldad inmisericorde, va a convertir ese documento administrativo en un terrible
documento humano.
La
gaditana Raquel Pulido Gómez, con esta pieza emotiva y excelentemente
construida, que publicó el sello Algaida en 2017, fue la ganadora del LIII
premio literario Kutxa Ciudad de San Sebastián, en la modalidad de teatro.
1 comentario:
Ay pájaro! que sabes que con el teatro me encandilas 🎭
Besitos 💋💋💋
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