Vaya
bobada de recopilación que acabo de leerme. Lleva por título La vida literaria, su autor es Miguel de
Unamuno y la pone en circulación el sello Espasa-Calpe (Madrid, 1981). Está
bien (o, al menos, resulta tolerable) que alguien de la talla intelectual de
Unamuno publique artículos remunerados, donde aprovecha los flecos de su sabiduría
o el serrín de su taller para pergeñar cosicas en las hojas caducas de la
prensa. Hasta ahí, nada que objetar, porque lo han hecho miles de escritores,
incluso superiores a él. Pero que los herederos hayan decidido montar un libro
con ellos resulta un bochornoso snobismo, mitómano y monetizado, que no merece
sino desprecio.
Pocas
cosas aprovechables en el volumen. Poquísimas. He sonreído con la frase que
Luis Veuillot le esclafó a un noble: “Yo asciendo de un tonelero, y usted, ¿de
quién desciende?”. Y he cabeceado aprobatoriamente con esa consideración de
que, frente a tantos requiebros inverosímiles como se le dedican a la amada (mi
sol, mi estrella, mi cielo, mi vida), a nadie se le haya ocurrido llamarla “mi
libro”. Es una simpática apreciación. Todo lo demás puede ser olvidado sin
perjuicio de la fama y la calidad de don Miguel.
Frases
que he subrayado en el libro: “La objetividad es una mentira tan grande como la
actualidad”. “La primera cualidad que debe tener un buen médico es la de saber
mentir”. “O se vive en el mar o se vive en su oleaje”. “La sonrisa interior es
el triunfo de la ironía”.
1 comentario:
Es que hay herederos que tenían que haber sido desheredados hace mucho 😒😒😒
Besitos 💋💋💋
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