Doy fin
con un placer más que notable a la novela que el cordobés Juan Valera tituló Genio y figura y que Cyrus DeCoster
editó con gran aparato crítico en el sello Cátedra.
Aunque
probablemente no se encuentre a la altura de otras producciones del narrador
andaluz, la verdad es que me ha resultado atractiva y sugerente. Escrita sin
unas intenciones didácticas muy marcadas (Valera insiste en que no pretende
“adoctrinar ni enseñar nada, sino divertir algunos momentos o interesar a quien
me lea”), sus capítulos se dejan leer con amenidad y con agrado, y hasta
contienen metáforas de exquisita confección. Un ejemplo de esto último puede
hallarse en el capítulo VII, cuando el autor, para referirse al doble beneficio
que la unión entre ambos reportó a don Joaquín y a Rafaela, nos dirá que “no
eran en esto dos nulidades o ceros, cuya suma es siempre cero, sino dos
cantidades negativas que se convierten en positivas al multiplicarse”.
Desde que
leí Pepita Jiménez durante mi
adolescencia no me había acercado a más obras del ilustre académico. Quizá no
sería mala idea repetir la visita.
2 comentarios:
Pues junto a Pepita Jiménez, como tú bien dices, fueron mis dos lecturas de adolescente, más me gustaron muchísimo y ahí me quedé...🙄🤫
Besitos 💋💋💋
En literatura, Valera siempre ha sido mi preciado maestro del costumbrismo. Lo leo y releo. Es mi costumbre.
Publicar un comentario