Una ciudad no está compuesta tan sólo por
edificios, farolas, parques, peatones, cafeterías y sucursales bancarias, sino
que tiene detrás una historia. Paco López Mengual, que suscribe esta idea y que
es un mago de la mirada y la memoria, ha decidido centrarse en el anecdotario
de la ciudad de Murcia y ha compuesto un volumen donde recupera para nosotros
docenas de curiosidades relacionadas con el mundo de la literatura.
Comienza su viaje en un lugar emblemático de la
capital, el ficus de la plaza de Santo Domingo, que ya ha provocado tres
muertes por caída de ramas desde que Ricardo Codorníu plantara aquel esqueje
traído desde Australia en 1893.
A continuación, refiere la rocambolesca historia de
Jaime Alfonso el Barbudo, bandolero sanguinario, lector voraz, ultracatólico,
héroe en la Guerra
de la Independencia
y, al fin, protagonista de un sonado ahorcamiento, de un meticuloso proceso de
descuartizado y de una vengativa dispersión de sus restos. Después nos resume
el histriónico milagro ecuestre que se atribuye al antisemita Vicente Ferrer y
la curiosa maldición incendiaria que un dominico lanzó sobre el teatro Romea
(soslayada con una estratagema numérica por parte de la empresa propietaria).
A partir de entonces, y saltando hacia atrás y
hacia adelante en el tiempo, el autor nos va trasladando interesantes noticias
sobre dos premios Nobel profundamente enraizados con nuestra tierra (José
Echegaray y Jacinto Benavente); sobre aquel malhadado vecino de la capital al
que, en pleno siglo XVIII, le brotaron unos cuernos en la frente y hubo de ser
intervenido en Madrid; del envenenado crimen de La Perla (siglo XIX), que
provocó tristes daños colaterales; de la vinculación del caravaqueño Miguel
Espinosa con el café Santos; o de ciertas prácticas truculentas de la Inquisición , ese
organismo criminal que ideó la iglesia católica, tan amante de la barbarie y la
piromanía.
Dos semblanzas conviene leer en este volumen con
especial atención, por el espíritu novelesco que anida en ellas: la que
protagoniza Antonete Gálvez, el León de la Huerta , héroe cantonal y líder admiradísimo; y la
que tiene como eje a Charo Baeza, célebre en todo el mundo desde que Xavier
Cugat se la llevase de gira promocional a los Estados Unidos de América.
Con una prosa endiabladamente seductora, con un
sentido del humor capaz de encandilar a cualquiera y con una documentación de
fondo que Paco López Mengual se ocupa de convertir en un relato ameno, este
paseo literario por calles de Murcia se convierte en uno de los trabajos más
interesantes del final de 2016, porque nos permite disfrutar mientras
aprendemos (aquella vieja máxima del “enseñar deleitando” horaciana, que el
autor de Molina convierte más bien en un “deleitar enseñando”).
Empiecen 2017 leyendo esta obra. Seguro que me lo
agradecen.
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