Francis Scott Fitzgerald, miembro de la Generación Perdida
norteamericana y autor de narraciones tan famosas como El gran Gatsby o El curioso
caso de Benjamin Button (ambas llevadas al cine con singular maestría),
redactó en 1922 una historia a la que puso por título Winter dreams y que fue publicada en la revista Metropolitan. Ahora,
este relato acaba de ser editado en España con ilustraciones de J.A. López en
el sello Traspiés.
Su protagonista es Dexter Green, un joven y
ambicioso caddie que, al cumplir 14 años y conocer a la caprichosa Judy Jones,
de 12, decide prosperar e instalarse en la parte alta de la sociedad (“No
buscaba rodearse de cosas fastuosas ni de gente fastuosa: simplemente quería
poseer aquellas cosas fastuosas”, p.21). Su paso por la universidad le sirve
como trampolín para comenzar a despuntar en el mundo de los negocios y
reencontrarse, a los 23 años y convertido en uno de los hombres más ricos de su
entorno, con la bellísima y altanera Judy. No sería exacto decir que entre
ellos surge el amor, pero sí la fascinación, el magnetismo, el deseo. Durante
años, sus trayectorias vitales se irán aproximando y separando en un juego de
imanes móviles: Dexter sabe que de una muchacha como Judy no puede esperar
fidelidad ni relaciones convencionales; y ella, a pesar de su explosiva
hermosura y de su desahogada posición económica, no parece sentirse realizada
(“Soy la mujer más bella del mundo. ¿Por qué no puedo ser feliz?”, p.53).
Con muchos detalles que recuerdan a episodios de su
propia vida y que se hallan presentes en los protagonistas de otras novelas y
relatos suyos, Sueños de invierno es
una historia donde observamos cómo el tiempo construye y destruye a su antojo;
cómo el glamour de la juventud y el dinero se convierten en nieblas lánguidas
años más tarde; y, sobre todo, cómo los sueños se resisten tenazmente a
cumplirse, para transformarse con frecuencia en pesadillas o en mercurio entre
los dedos.
La prosa de Scott Fitzgerald, elegante, certera y
música, obra el milagro de que nuestra atención se mantenga intacta desde el
primer párrafo hasta el último, y que nos sintamos conmovidos con sus
personajes y sus íntimas derrotas.
2 comentarios:
Este autor no termina de engancharme, pero la literatura americana de la época me gusta. Lo intentaré de nuevo con este "sueño americano". Saludos
De nuevo todo un clásico al que es imposible decir que no
Un abrazo
Yolanda ❤ ❤ ❤
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