El caso de Paco López Mengual es tan singular como
notable. Y no porque se defina como “mercero y novelista”, ni porque comenzase
a publicar pasados los cuarenta años (circunstancias que se inscriben más en el
terreno de la anécdota que en el de la trascendencia), sino porque cada libro que
deposita en las manos del lector constituye una sorpresa sólida y agradable,
donde el humor, la fluidez narrativa y los personajes bien construidos burbujean
en cada página.
Ahora, cuando ya nos había convencido como novelista,
como cuentista, como articulista y como editor, la editorial ciezana Alfaqueque
le publica el volumen ¿Te cuento un
cuento? y nos revela su faceta como narrador infantil, al que la
ilustradora Sonia Martínez González se encarga de poner colores y formas.
Se trata de seis relatos donde nos esperan muchas
sorpresas, muchas sonrisas, algún escalofrío y, sobre todo, unas tremendas
dosis de talento para mantener la atención de los lectores más pequeños gracias
al buen uso de la palabra, del ritmo y de la composición estructural del texto.
En “Sémola, semolorum” se nos hablará de un perro
cocker que ha buscado refugio debajo de una cama, por miedo a las perversas
intenciones que acumula su dueño, por un suceso que tiene que ver con la magia
y con un tesoro escondido; en “Mis viajes con monsieur Dupont” será fácil que
se nos escape alguna lágrima con el proyecto astronáutico del niño
protagonista, que reúne tanta determinación como candor; en “Mi amigo invisible
se llama Chipé” tendremos que decidir si creemos en la existencia de ese
compañero, a tenor de las pruebas que el narrador nos suministra durante su
relato; en “El gigante” nos será presentado Antonio el de la Torrealta , un tipo noble,
altiricón y con un leve retraso mental, que paseaba interminablemente por el
pueblo; en “La Llave
del Tiempo” se nos invitará a un viaje mágico, en el que dos épocas muy
distantes quedan comunicadas en virtud de un portal misterioso; y en “La
maldición del Árbol Botella” no será raro que sintamos un estremecimiento ante el
tono brujesco o tenebroso que la historia va acumulando, párrafo tras párrafo.
En suma, un libro delicioso para los pequeños y
sorprendente para los mayores, que podrán recuperar mientras lo leen el
espíritu infantil que quizá perdieron y que se sentirán dichosos de recuperar
por unas horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario