sábado, 12 de diciembre de 2015

Trece monos



Definir al escritor César Mallorquí (Barcelona, 1953) es tan sencillo como indiscutible: un número uno. En su faceta como autor de novelas juveniles ha ganado todos los premios importantes (el Edebé, el Gran Angular, el Hache, el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, etc) y en su vertiente como autor de género fantástico se ha ganado el respeto, la admiración y el aplauso unánimes de la crítica y de los lectores. Ahora, con el sello Fantascy, acaba de hacer las delicias de los amantes de la ciencia ficción con un volumen excelente que lleva por título Trece monos, con una llamativa ilustración de portada firmada por Patrick Seymour.
Y es excelente no sólo porque responde a las elevadas expectativas que siempre genera un volumen de Mallorquí, sino porque cubre un abanico de temas muy variado, haciendo que la luz narrativa, al incidir en caras diferentes del diamante, genere reflejos distintos; y ese arco iris depara sorpresas continuas a los lectores del tomo.
¿Es usted un enamorado del juego del ajedrez? Pues le aconsejo que no se pierda “El decimoquinto movimiento”, una pieza inspirada en un relato del argentino Jorge Luis Borges en la que Jorge Acevedo Suárez se verá inmerso en una enigmática partida que se inició en el siglo XIV entre dos familias rivales y que todavía continúa en la actualidad. ¿Se imagina que los métodos de trabajo y la imaginación creativa de Antonio Gaudí pudieran expandirse por la Red de un modo incontrolado? Pues visiten las páginas de “Virus” y no les quedará más remedio que asombrarse... y sonreír. ¿Conocen (seguro que sí) el célebre cuento de Navidad de Charles Dickens? Pues imaginen que el espíritu que tiene que efectuar su visita admonitoria se confundiera de destinatario y se obcecara con amedrentar a un pobre vendedor de juguetería erótica en pleno siglo XXI, tal y como relata en “Cuento de verano”. ¿Y qué habría ocurrido si Yahvé, antes de probar con los seres humanos, hubiese elegido a otra especie para protagonizar el nacimiento de su hijo en un pesebre? ¿Y si una comisión de religiosos tomara un vuelo interestelar, dentro de varios siglos, para desplazarse hasta Astarté, donde todos los indicios muestran que acaban de reencarnarse de nuevo Jesús de Nazaret? ¿Y si...?
Pueden ustedes dejar que su imaginación se expanda, vuele y trace los rizos más aventurados, porque seguro que César Mallorquí irá una pulgada más lejos que ustedes en estas aventuras narrativas donde encontrarán (y aquí ya entra mi opinión personal como lector) dos piezas maravillosas, únicas, para las que todos los adjetivos elogiosos que amontonen serán pocos: “La isla del cartógrafo”, una de las más bonitas historias de amor que he podido leer en mucho tiempo, y “Naturaleza humana”, que se ambienta en el año 2189 y en la que Mallorquí despliega toda su artillería literaria para ponernos ante los ojos un mundo en el que se demuestra fehacientemente que el Poder tiende por sistema a convertirse en autoritario y que se basa en la mentira y en la manipulación de los ciudadanos.

Si ya han leído alguna obra de César Mallorquí, abaláncense sobre ésta, porque no les defraudará. Y si jamás han tenido la curiosidad de adentrarse en uno de sus libros, apunten esta obra en sus agendas: descubrirán el hechizo de un maestro.

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