jueves, 25 de abril de 2024

Ver pasar

 


Son curiosos los tirabuzones y juegos de espejos que, en ocasiones, nos pone ante las pupilas el mundo de la literatura. Hoy, precisamente, acabo de disfrutar de una de ellas. Expliquémosla. A finales del siglo XV, Fernando de Rojas publicó su obra La Celestina (aunque por aquel entonces llevase otro título, más largo y rimbombante) y, en ella, nos hablaba de los amores que, explotando entre Calisto y Melibea, los condujo a ambos a la muerte. A principios del siglo XX, el alicantino Azorín, lector entusiasta, tomó aquel cañamazo portentoso y decidió bordar sobre él una exquisita meditación sobre el paso del tiempo y sobre las revelaciones que su fluencia nos puede deparar. Lo tituló “Las nubes” y planteaba la melancólica situación de un Calisto que, envejecido, contempla cómo un mancebo salta la tapia de su hogar y se dirige hacia su hija Alisa… Exactamente como él se dirigió, realizando el mismo ejercicio gimnástico, hacia el lugar donde reposaba su actual esposa Melibea. Pasa el tiempo y todo se repite. Como las nubes, que avanzan por el firmamento y vuelven de continuo.

Y llegamos al final del siglo XX y descubrimos cómo el profesor y dramaturgo Francisco Torres Monreal vuelve al mismo episodio y le imprime otra vuelta de tuerca (como habría dicho el gran Henry James). En esta nueva estructura de matrioshkas, la joven Alisa comienza su relación erótica con el mancebo (que carece de nombre y que la corteja utilizando los versos del “Cantar de los cantares” bíblico); y sobre este plano encontramos a Calisto y Melibea, que reflexionan sobre el paso del tiempo y sobre los meandros del amor); y sobre este plano encontramos a Azorín, que sentado a la mesa de su despacho tiene entre sus manos la obra de Rojas; y sobre este plano está Francisco Torres Monreal, que realiza la crónica dramática de este juego de cajas chinas; y sobre este plano, por fin, estamos nosotros, que leemos la obra y apreciamos sus pliegues, sus zonas de luz y sombra, sus reflexiones, sus propuestas psicológicas.

Realmente, una obra llena de interés.

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