lunes, 8 de abril de 2024

Lo que piensan los hombres bajo el agua

 


Abramos las páginas de Lo que piensan los hombres bajo el agua, de Marino González Montero, y veamos qué historias nos propone. En primer lugar, crece ante nuestros ojos una aventura en veinte diapositivas (“En la piscina”) sobre un hombre que decide adquirir un bono de treinta baños y que nos va contando los detalles de su odisea: los gritos de los niños, los silbatos de los monitores, el pudor a la hora de desnudarse en los vestuarios… Y al final, en una memorable secuencia, una simpática sorpresa. Luego accedemos al segundo bloque (“De compras”), donde seguimos al narrador por un laberinto de televisores, neveras, cuchillos, perfumes, pasillos donde se alinean los productos de limpieza, bragas inauditamente sustraídas... y un rotulador final, tan gamberro como gracioso. Les recomiendo que en esta parte presten especial atención a la emotiva sección XVII. Después, Marino nos invita a salir “De bares”, una franja narrativa llena de personajes solitarios, reflexiones a mitad de camino entre lo serio y lo zumbón, pintadas en los aseos, música ambiental, bebedores recalcitrantes e incluso un guiño a Los Simpson. Y, por fin, “Las clases”, con el bostezo continuo de los estudiantes, la rabia por tener que aprender palabras que nada significan para ellos y el estupor creciente del profesor, que oscila entre la entrega sacerdotal y el hastío (detengan la mirada sobre todo en la bellísima secuencia V, que sin duda emocionará a todas las personas que se dediquen a la enseñanza).

El volumen, que se lee con fluidez, está salpicado por agradables pinceladas de humor, que otorgan una coloración distinta a situaciones cotidianas (es decir, invisibles) y que los lectores aplaudimos, porque nos permiten contemplar dichas situaciones “desde el otro lado” (como las ronda el poeta, según García Lorca). Con buen ojo narrativo, el autor registra los perfiles de la realidad y los va yuxtaponiendo en sus hojas, para mostrarnos las teselas de nuestro entorno, el mosaico multicolor de la piscina, del supermercado, del bar, del centro de enseñanza. Las viñetas del mundo. Es decir, aquello que los demás tenemos delante y en lo que, quizá, no hemos reparado. Hagan el experimento de leerlo. Verán qué curioso.

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