lunes, 1 de mayo de 2023

Desencuentos

 


A veces (lo he repetido en este Librario más de una vez), el azar desempeña un papel crucial en los descubrimientos de un lector. Es cierto que en ocasiones nos decidimos a conocer la obra de este autor o de aquel otro y que la buscamos con afán, quizá para llenar unos espacios que nos parecen indignos (“Cómo es posible que no haya leído a…”), quizá para corroborar o refutar una opinión colectiva (“A ver si esta novelista es tan buena como dicen”), quizá porque hemos visto su nombre muchas veces en los lomos de ciertos libros que no hemos sacado de la estantería. Pero también ocurre que, de manera inexplicable, se produce de pronto una convergencia casi cortazariana de albures y tus ojos se abren con asombro. Me ocurrió hace unos días cuando Chelo Sierra apareció en una entrada mía en redes sociales y, media hora después, dándome un paseo por la biblioteca que hay junto a mi casa, sin ningún tipo de plan o búsqueda, descubrí su nombre y su rostro en un libro de la editorial Torremozas. Era demasiada casualidad. Así que, huelga decirlo, me llevé la obra a casa.

Son diez relatos espléndidos (ahora lo sé), donde la autora madrileña explora el siempre complejo mundo de las emociones, los pánicos y las zozobras del ser humano: la mujer que se siente perseguida por una enigmática presencia que no deja de cabecear a su espalda; una adolescente que se siente incómoda mientras todos sus amigos de veraneo han dado el salto a la pubertad y ella continúa con sus formas y pensamientos de niña; un hombre que redacta su primera novela y que se va aislando en su burbuja de alcohol y silencio, mientras su esposa se aleja en el horizonte; una viuda que se traslada hasta Buenos Aires para cumplir las laboriosas instrucciones funerales de su marido; una mujer que, pese a la sólida apariencia externa de su matrimonio, no deja de pensar en su amante, con el que alcanza fuegos mucho más apetecibles que los obtenidos en su vida doméstica… Y lo más importante de todo es que Chelo Sierra, con una elegancia admirable y con un pasmoso sentido del ritmo, convierte cada una de estas historias en una joyita narrativa, en la que se entra con agrado y de la que se sale con aplauso.

No me cabe duda de que volveré a bucear en otro libro suyo.

No hay comentarios: