viernes, 3 de junio de 2022

El ladrón del cementerio

 


A un narrador avezado le basta en ocasiones una pequeña anécdota para que la imaginación se lance a dibujar arabescos sobre los papeles y consolide una historia novelesca llena de meandros e interés. Es lo que ocurre con José María López Conesa, quien tuvo acceso a una de esas anécdotas (un chico que robaba huesos de un camposanto) y dejó que germinase durante largo tiempo hasta que ahora se ha convertido en El ladrón del cementerio, la novela que acaba de publicar el sello Tirano Banderas.

Partiendo de un grupo de tres personajes protagonistas (Antonio, un profesor que ya está jubilado, y su esposa Yaiza, a quienes se une su médico de cabecera, Jacinto Castillo) se nos invita a viajar hacia atrás en el tiempo, para conocer cómo el pasado del doctor es mucho más extraño y turbulento de lo que su situación actual nos permitiría deducir: una novia que le dejó profundísima huella y que se separó de él por motivos dramáticos; una hermana (la Nena) que decidió asumir todos los gastos de su enseñanza universitaria; unos hermanos más pusilánimes o desdibujados, pero que terminarán adquiriendo en la narración un papel crucial; y un inquietante profesor llamado don Diego, del que Javier recibe lecciones y del que terminará descubriendo una faceta sacrílega que lo llevará por el camino erróneo.

Cualquier lector que se sumerja en esta historia descubrirá, sobre todo, un sentimiento que late con poderosa fuerza en el volumen: el amor. Y ese amor, por vías diferentes, conducirá a los protagonistas hacia desvaríos asombrosos: a Jacinto lo llevará hasta los arrabales de la locura, hasta el borde del abismo, hasta la cárcel; a don Juan lo llevará hasta la confianza irracional, hasta el más absurdo despojamiento; a la Nena la conducirá hasta el rencor, hasta la venganza, hasta el crimen. Ese lector (que puedes ser tú) descubrirá también emociones de elevada intensidad en este libro, como la muerte, la ambición, la debilidad y el azar, que se mezclarán de explosivos modos para que su respiración se vea de continuo alterada.

El resultado es una novela (undécima publicación del autor) de aire elegante y gran soltura en los diálogos, que merece la pena leer.

3 comentarios:

josé maría dijo...

Nunca, Rubén, tan altos elogios recayeron en persona tan humilde. De verdad, has dado en el clavo y no has dejado detalle importante en tu admirada crítica. Un abrazo.

Juan Carlos dijo...

Tomo nota de esta novela, Rubén, que por lo que dices bien se merece una lectura. Me encanta conocer buenos libros a través de tus reseñas.
Un abrazo

La Pelipequirroja dijo...

El amor. Un gran tema y mejor motivo.
Me subo al carro.
Besos