Me
gusta volver, periódicamente, al mundo grecolatino para asomarme a obras
literarias que aún no conozco. Es una disciplina que me impongo para ser
siempre consciente de qué mundo cultural vengo, cuáles son mis raíces, y
quiénes (y cómo) escribieron los fundamentos de nuestra literatura. Ahora, de
la mano de Carlos García Gual, revisito un libro que leí en septiembre de 1987
y que ahora retomo treinta y cinco años después: la Antología de la poesía
lírica griega. No subrayé entonces (es curioso: solía hacerlo, siempre con
rotulador rojo) ninguna cita; pero sí lo hago ahora. Y creo que la enumeración
de esos versos puede servir para dar una idea cabal de la inteligencia, la
perspicacia y el talento de aquellos poetas antiguos:
“Al conjunto del pueblo le atañe el
poder y el triunfo” (Tirteo de Esparta). “En las alegrías alégrate y en los
pesares gime sin excesos. Advierte el vaivén del destino humano” (Arquíloco de
Paros). “Ningún ciudadano es venerable ni ilustre cuando ha muerto. El favor de
quien vive preferimos los vivientes. La peor parte siempre toca al muerto”
(Arquíloco de Paros). “Largo tiempo tenemos de estar muertos, y vivimos muy mal
un corto número de años” (Semónides de Amorgos). “Ninguna cosa se lleva como
botín un hombre mejor que una buena mujer ni peor que una mala” (Semónides de
Amorgos). “A quien en exceso se exalta no es fácil contenerlo después” (Solón
de Atenas). “No hay ningún hombre feliz, sino que miserables son todos los
mortales que el sol desde lo alto contempla” (Solón de Atenas). “Insensatos y
necios los hombres que lloran a los muertos, y no a la flor de la juventud que
se va marchitando” (Teognis de Mégara). “Si vas a decir lo que quieres, también
vas a oír lo que no quieres” (Alceo de Mitilene). “Es de lo más torpe e inútil
llorar por los muertos” (Estesícoro de Himera). “Con buena fortuna cualquier
hombre es bueno” (Simónides de Ceos). “Es infinita la estirpe de los necios”
(Simónides de Ceos). “Los días por venir son los más sabios testigos de la
verdad” (Píndaro de Tebas). “Si hablas lo preciso, concretando en breve los
términos de mucho, menor será el reproche de las gentes” (Píndaro de Tebas).
“La pasión de amor la barre el hambre; si no, el tiempo; y si no puedes
servirte de estos remedios, la soga”.
¿Se pueden decir más cosas en menos espacio?
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