viernes, 11 de marzo de 2022

La sospecha


El comisario Hans Bärlach es un hombre que debe enfrentarse de súbito a dos cambios igualmente abruptos: el final de su carrera profesional en la ciudad de Berna y el final de su vida (un cáncer lo está destruyendo a gran velocidad y lo conducirá a la muerte en menos de un año). Pero esa doble amargura dejará de ser el centro de sus reflexiones cuando lo asalte un nuevo “caso”, que se obstinará en resolver: descubrir si el máximo responsable médico de una clínica privada muy exclusiva de Suiza es, en realidad, el execrable doctor Nehle, un médico nazi que cometió todo tipo de horrores en el campo de concentración de Stutthof. Para ello, conseguirá que un periodista amigo publique un libelo donde ponga sobre aviso al macabro doctor (que ahora se llama oficialmente Emmenberger) y, más tarde, se hará ingresar en su clínica bajo nombre supuesto, para desenmascarar desde dentro al inmundo criminal.

Con esos ingredientes, el espléndido escritor suizo Friedrich Dürrenmatt esculpe su novela La sospecha, que Juan José del Solar traduce para el sello Tusquets y que incorpora a personajes tan singulares como el escritor fracasado Fortschig, la nauseabunda doctora Marlok (antigua prisionera de un campo de concentración que consiguió salvarse del exterminio convirtiéndose en la amante de su propio torturador, al que continúa unida), el gigantesco Gulliver (un judío que siempre aparece de forma casi onírica y que se disuelve con no menor sigilo) o el enano al que Emmenberger utiliza para misiones especiales. Pero, salvados los primores de su lenguaje y el acierto en la composición de sus criaturas, lo más trascendente de este libro es la manera en que reflexiona sobre el Mal, sobre sus motivaciones e impulsos, sobre sus fundamentos filosóficos y aun teológicos, sobre las miserias íntimas que se esconden a veces en el fondo de algunos corazones.

Incómoda y magnética, esta novela parece difícil de olvidar, una vez que la has leído. Es un atributo que Friedrich Dürrenmatt cultiva con esmero y que la vuelve tan seductora como escalofriante.

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