En
el ámbito tenue, delicado y para mí sacro de la poesía, nunca he admirado la
grandilocuencia, la pedantería, el tono engolado o el estruendo, quizá porque
me embarga la creencia de que la lírica debe ser una comunicación en voz baja,
una comunicación íntima, una comunicación próxima. Y así es como he
sentido los poemas que Manuel Madrid reúne en Fondo de armario, la obra
que tan bella ha quedado en la edición de Balduque: un conjunto equilibrado y
armónico de textos que han desplegado sobre mí toda la seducción del sigilo, su
música apolínea y tenue, su aroma callado y zen.
A
esta sensación de confort y cercanía contribuye también el hecho de que todos
los poemas sean breves, porque de esa forma su trazo sonoro se me antoja mucho
más eficaz: alígeros, la mirada y el espíritu los abarcan a la vez, fraguándose
casi un diálogo entre poeta y lector, que convierte a este último en receptor
privilegiado de las confidencias, las reflexiones y las emociones del primero,
quien se vacía con la generosidad de una cascada y con la contundencia de un
rayo. Manuel Madrid consigue (eso tan difícil) decir susurros y consigue
también (eso casi imposible) dibujar aires. Es la sensación embriagadora que
deja en el fondo del corazón este Fondo de armario.
Me siento muy feliz de haberme adentrado por sus senderos poéticos, porque me ha dado la oportunidad de escuchar a Manuel Madrid, no solamente de oírlo. Es un hermoso regalo que, de vez en cuando, nos entrega la mejor literatura.
2 comentarios:
Sabes que soy una gran amante de la poesía, y si no fuera porque me he pasado todo el fin de semana organizando los armarios, vería este libro con otros ojos 😅🥰💋
Muy agradecido ¡Rubén! 😃😊 Una lectura 100% generosa de 'Fondo de armario', también escribir reseñas es un arte y yo sólo podría llamarte «maestro artista».
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