domingo, 20 de junio de 2021

Manual de espumas

 


Vuelvo a la poesía de Gerardo Diego para deleitarme con su Manual de espumas, que visito en la edición de mi admirado Francisco Javier Díez de Revenga (Pre-Textos). Es un volumen que el vate cántabro dedicó con emoción “Sobre la tumba inesperada de José de Ciria Escalante, amigo indeleble” y que está lleno de unas luces candorosamente juveniles que empapan el ánimo del lector. No es una obra “de madurez”, como es lógico (Diego era un veinteañero cuando la redactó), pero sí un tomo sonriente, juguetón y lleno de intuiciones maravillosas, huérfano de puntuación y con algunas modernidades humorísticas casi desafiantes (“Mi grifo versifica mejor que el ruiseñor”). En sus páginas descubrimos una abundante mención de violines, pianos, flautas, guitarras y hasta pianolas, lo cual no es raro si recordamos la larguísima dedicación profesional de Gerardo Diego a la crítica y a la enseñanza musicales.

Embriagados por los juegos visuales, colorísticos y auditivos que el poeta nos deja, de vez en cuando descubrimos bellos juegos de intercambio lírico entre la naturaleza y la amada (“Tus ojos oxigenan los rizos de la lluvia / y cuando el sol se pone en tus mejillas / tus cabellos no mojan ni la tarde es ya rubia”), así como diapositivas de singular hermosura (“En su escenario nuevo ensaya el verano / y en un rincón del paisaje / la lluvia toca el piano”). Y siempre, de principio a fin del poemario, la alternancia entre rimas infantiles y rimas osadas, entre imágenes adolescentes y rupturas madurísimas, que provocan en nuestro ánimo un fuego (un juego) chispeante.

Y no quiero dejar sin apuntar un pareado que, bajo su sencillez, esconde todo un canto al carpe diem: “Es la hora decisiva / La única hora todavía viva”.

Un Gerardo Diego en pleno proceso de construcción, en el que burbujean muchas líneas que irían aquilatándose con los años. Sin duda memorable.

1 comentario:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Si hay algo que me atrae de un poemario, al menos lo primero, es un título que enganche. Lo reconozco, esta obra leí en su momento por el título, pues en esa época lo único que nos atraía a todos era Bécquer.
Adolescentes.

Besos 💋💋💋