martes, 7 de agosto de 2018

Los puentes de Madison County




Me leo un libro al que tenía ganas de hincarle el diente narrativo desde hace años. En concreto, desde que vi (y me gustó mucho) su versión cinematográfica, en la que Clint Eatswood y Meryl Streep asumen los papeles principales: Los puentes de Madison County, de Robert James Waller, en la traducción de Alicia Steimberg (Ediciones B, Barcelona, 1995).
La película, ya digo, me encantó (mi mujer, que es 16 años más joven que yo, dice que es una película para cincuentones) y, con ese precedente, pensaba que la novela no me gustaría; pero erré. Me ha dejado un estupendo sabor de boca. Creo que sabe dosificar el sentimentalismo, hilvanar sus recursos literarios, organizar bien la narración de la historia y presentar un relato y a unos personajes altamente seductores. Un volumen emotivo y hermoso.
Dos fragmentos que he subrayado en el volumen: “Nuestra tendencia a mofarnos de la gran pasión, y a tildar de sensibleros los sentimientos genuinos y profundos, dificulta la entrada al reino de la delicadeza”. “Estaba lo más solo que se puede estar”.

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