Un mismo
destino une en los versos de La Divina
Comedia a Tiresias, Baco, Arunte, Miguel Escoto o el Maestro Benvenuto: la
de tener la cabeza girada constantemente hacia atrás, para no contemplar sino
el pasado. Se trataba, como es fácil deducir, de un castigo que la divinidad
les dispensa por su presunción de querer anticipar el porvenir a través de la
magia o la adivinación. En el volumen Cuentos
eruditos, que ha editado hace pocas semanas la Real Academia Alfonso X el
Sabio con una hermosa imagen de portada del blanqueño Pedro Cano, el escritor Santiago
Delgado también desarrolla sus historias mirando hacia atrás, y buscando en el
pasado escenas, personajes y enseñanzas que merecen asiento en letra impresa.
A veces,
se trata de páginas protagonizadas por seres de gran fama, como san Jerónimo
(religioso del siglo IV que reflexiona sobre sí mismo y su circunstancia
mientras contempla un cuadro que lo representa), como don Enrique de Villena
(que se enfrenta en una larguísima, secular partida contra Belcebú en el relato
“Un ajedrez en el infierno”) o como los santos hermanos Leandro, Fulgencio y
Florentina (de quienes nos ofrece un largo texto de sesenta páginas donde
cotidianeidad, leyendas piadosas e informaciones históricas se unen para formar
una curiosa novela corta). Pero también respiran en este tomo seres de anónima
condición, como los dos supervivientes sobre los que se construye la historia
de “Los desertores”, quienes se aferran a una estratagema indumentaria para
reinventarse y disponer de una oportunidad vital nueva; o el trovador que, pese
a su impericia en el canto y el tañido del laúd, canta historias verídicas
sobre su amor frustrado por la muerte en “El castillo de la verdad”. Y raro
será el lector regional que no sonría leyendo “El limón de oro”, donde se
explica de manera legendaria por qué los habitantes de esta tierra somos tan
aficionados al zumo de dicha fruta.
En definitiva, un nuevo
peldaño en la larga escalera de títulos que Santiago Delgado (Murcia, 1949)
lleva ya entregados a la cultura murciana.
1 comentario:
Gracias en mi nom
kbre y en el de todos los personajes, Rubén. Vaya regalo de mitad de agosto.
Publicar un comentario