jueves, 15 de febrero de 2018

Espíritu de la letra




Acabo la miscelánea Espíritu de la letra, de José Ortega y Gasset (Espasa-Calpe, Madrid, 1965), del que me fatiga la pedantería intelectual (los que no piensan como él andan errados, y al resto lo llama vulgo), su infantilismo exhibicionista (“acuña” la forma léxica ‘rigoroso’ y, por si no nos habíamos fijado bien, la sacude en todos los escritos del volumen, tenaz y cansino como una gotera estruendosa) y su frustración por no haber nacido en Alemania. Me gustan, eso sí, algunas observaciones, como el carácter donjuanesco de Ulises; o la tesis de Westenhofer (p.73) de que es el mono quien deriva del hombre. Pero no mucho más. He notado demasiadas veces la irritación de estar leyendo a quien pretende (y se adivina falso) saberlo todo. Esta vez, don José, no puedo aplaudirle.
“Se es intelectual en la medida en que se sea voluptuoso de problemas teóricos, de ideas”. “Ciencia es aquello sobre lo cual cabe siempre discusión”. “Siempre es más fecunda una ilusión que un deber”. “Avanzamos siempre por la vida entre el misterio innumerable de las amistades y enemistades desconocidas”. “De todo cabe una beatería”. “El consejo de quien nos es muy próximo es el más peligroso, porque solemos atenderlo y con ello desviarnos de nuestro destino”. “Mientras yo no sepa lo que es el universo, mi vida no tiene sentido”. “El termita del autoanálisis”.

1 comentario:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Ortega, Gasset y yo no nos hemos llevado muy bien nunca 😂😂😂😂 No ha sido un autor con el que empatizar. Ea.

Besos