Leo hoy la breve
novela El informe Stein, de José
Carlos Llop (Anaya & Mario Muchnik, Madrid, 1995). Y no sé si decir que me
ha gustado, o que me ha disgustado. Desde luego, es distinta. Crea una
atmósfera peculiar, inconfundible. No sé si Llop escribirá siempre de la misma
manera. En todo caso, hay como un tic “javiermariano” que no me termina de
convencer, y que consiste en una cierta morosidad concéntrica narrativa, una
prosa tartamuda, morosa o autista que lo lleva a incurrir en secuencias como
ésta: “Los jueves por la tarde yo no iba al colegio, ninguno de nosotros iba al
colegio porque una de las costumbres de los jesuitas era cerrar el jueves por
la tarde y no los sábados, como el resto de los colegios. Y los sábados por la
tarde todos nosotros íbamos al colegio y el colegio estaba abierto, no como los
demás colegios, que permanecían cerrados los sábados por la tarde” (páginas
36-37). Hay que admitir que, estructuralmente, queda cuando menos extraño.
De todas formas,
como soy perseverante y no rechazo de plano ninguna prosa al primer intento, es
probable que decida acercarme a alguno de sus otros libros.
“El padre Cristino
conocía a la perfección a quién iba a suspender la vida, a quién iba a
aprobarlo y a quién a darle un notable. Porque el padre Cristino sabía que la
vida no regalaba jamás un sobresaliente”. “La lluvia parecía un ejercicio de
caligrafía sobre las páginas del aire”.
1 comentario:
Si es que cuentas las cosas Deuna manera...😌
Besukis 💋💋💋
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