Para
tomarme un respiro en medio de tantos volúmenes serios como leo al cabo del año
la lectura que acabo hoy es La ley de
Murphy, de Arthur Bloch, traducido por Ana Mendoza (Temas de Hoy, Madrid,
2002), un divertido tomo donde se amontona un vademécum de observaciones que
oscilan entre la hilaridad y el pesimismo; y que tienen la rara virtud de
poderse “demostrar” con la observación personal diaria.
En
algún caso, incluso se permite plagios descarados, que no chirrían por saber
que nos encontramos inmersos en un libro empapado de humor. Sirva de ejemplo la
sentencia de la página 204: “El infierno son los demás” (“Observación de
Sartre”)... ¡que es verdaderamente de Jean-Paul Sartre!
Como
muestra de las sentencias que el libro cobija, ahí van unas cuantas: “El atajo
es la distancia más larga entre dos puntos”. “Sólo alguien que entiende algo en
profundidad es capaz de explicarlo de tal forma que no lo entienda nadie”. “Si
no atina a la primera, destruya todas las evidencias de que lo ha intentado”.
“Si la gente se escuchara a sí misma más a menudo, hablaría menos”. “Un comité
lo constituyen doce hombres haciendo el trabajo de uno”. “No discuta nunca con
un tonto. Puede que la gente no aprecie la diferencia”. “Si se consultan
suficientes expertos, se puede confirmar cualquier opinión”. “Un hombre con un
reloj sabe qué hora es. Un hombre con dos relojes nunca está seguro”. “Una
conclusión es el punto en el que usted se cansó de pensar”. “El trabajo en
equipo es esencial. Le permitirá echarle la culpa a otro”. “La ciencia es
verídica. No deje que le engañen los hechos”. “La belleza es interior. La
fealdad aflora rápidamente a la superficie”. “La cantidad total de inteligencia
del planeta permanece constante. La población, sin embargo, sigue aumentando”.
“El seguro lo cubre todo excepto lo que pasa”. “Un niño nunca derramará nada en
un suelo sucio”. “La duración de un minuto depende del lado de la puerta del
baño en que se encuentre”.
1 comentario:
Yo soy un ejemplo viviente de la Ley de marras, si algo puede irme mal, me va...jajajaja. En un solo día, tras una pelota en mitad de una avenida, salió un niño de no se sabe donde, la tostada se me cayó del lado de la mermelada, comí el único pimiento de padrón picante de una bandeja de dos docenas...para que te hagas una idea, jajajajaja.
Besitos y Feliz Navidad.
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