Marco Aurelio no fue, desde luego, un emperador
romano al uso. Combatió, por supuesto. Y tomó decisiones polémicas durante sus
años de gobierno, desde luego que sí. Pero, en los ratos libres, se dedicaba a tareas
reflexivas y fue redactando estas famosas páginas que, con el título de Ta eis heautón (las escribió en griego),
se han divulgado habitualmente como Meditaciones.
La editorial Alianza fue la encargada de comercializar esta traducción, llevada
a cabo por Bartolomé Segura Ramos.
Muchas son las cosas que me han llamado la atención
en este compendio de sentencias: la serenidad de su enunciación, la honda
verdad que alienta tras sus líneas y, sobre todo, la sensación de que
constituyen un vademécum fraguado con lentitud de gotera, que no hay en ellas prisa,
ni efectismo, ni frases huecas articuladas porque sí. Muy reconfortante.
Y como quizá el mejor elogio y la mejor publicidad que
se pueda hacer de este libro es anotar algunas de sus mejores sentencias, ahí
las copio, aun sabiendo que mi resumen es tan arbitrario como incompleto. Lo
completaré diciendo que son las frases que he subrayado en rojo, después de
leer la obra tres veces a lo largo de mi vida. El tiempo las ha decantado
dentro de mí: “Al amanecer, dite a ti mismo: me voy a tropezar con un indiscreto,
un desagradecido, un insolente, un envidioso, un insociable”. “No hay que
aspirar a la buena opinión de todos”. “Es preciso estar recto, no que te pongan
recto”. “No realices ningún acto al azar”. “¿La esmeralda se hace peor de lo
que es si no se la elogia?”. “Ciego, el que cierra el ojo de la inteligencia”.
“El hombre que obra bien no trata de sacar beneficio, sino que pasa a otra
cosa”. “Imposible es que los malos no hagan algo a su estilo”. “La mejor manera
de defenderte es no parecerte a ellos”. “El orgullo es un terrible embaucador”.
“La buena fama entre la multitud es el aplauso de las lenguas”. “De muy pocas
cosas depende el vivir felizmente”. “Muchas veces comete injusticia el que no
hace nada, no sólo el que hace algo”.
4 comentarios:
Es sorprendente que las meditaciones parezcan estar escritas por uno de esos sabios que que han encontrado el equilibrio y la serenidad retirados del mundo; y, en cambio, fueron escritas por un hombre que tenia la responsabilidad de dirigir un imperio y todo el ruido y las intrigas de la corte a su alrededor.
un saludo.
Es mi libro de cabecera hace años. Gracias, Rubén
Las reflexiones y meditación nunca pierden actualidad.
Los grandes personajes nos han dejado reflexiones que nunca pierden actualidad.
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