martes, 31 de diciembre de 2024

Tipos duros

 


Creo que no pueden ustedes ni imaginarse lo que van a encontrar si deciden leer el libro Tipos duros, de Andrés Ortiz Tafur. Y quiero que mis primeras palabras sean entendidas como las he escrito: literalmente. No pueden ni imaginárselo. Hay tal cantidad de situaciones inusuales, tal cantidad de personajes variopintos, tal cantidad de argumentos asombrosos, que irán ustedes, como en el juego de la oca, saltando de perplejidad en perplejidad. Y esa característica del volumen no es muy común, porque los lectores, por regla general, estamos ya vacunados contra todo tipo de sorpresas. Pero, oigan, el autor lo consigue. No me pregunten cómo, pero lo consigue: un hombre que, tras ser abandonado por su esposa, se queda durante años observando con laxitud cómo pierde agua un grifo de su vivienda; un embarazo que, a su término, no entrega un niño, sino una historia delirante que se prolonga durante décadas; un Dios libidinoso, que toma la forma de un negro para conseguir hacer el amor con una mujer de hermosos pechos; un hombre que decide cuidarse para sobrevivir a su mujer e hijos; un esposo obsesionado con haber perdido sus testículos, lo que erosiona su vida matrimonial, laboral y social; un padre protector, que se convierte en guardián extremo de su hija adolescente; el antiguo terrorista con pasamontañas que ahora pide limosna en una calle de la ciudad; el joven que toma la decisión anonadante de vender su único riñón… No, permítanme que no les avance más diapositivas. Deben ser ustedes quienes se sumerjan en las páginas de este tomo para descubrir las que faltan, que no resultan menos chocantes que las citadas.

Andrés Ortiz Tafur nos traslada unas historias atípicas, en las que descubrimos perfiles humanos (dolores, soledades, tragedias, fracasos) que estremecen. Historias donde la persona que está leyendo tiene que mantener los sentidos alerta, porque cada matiz, cada palabra, cada gesto de los personajes cuenta y contribuye a tejer la telaraña de los relatos, fabricando un dibujo que exige nuestra interpretación, nuestra participación activa. Es de verdad una obra muy interesante: búsquenla.

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