miércoles, 27 de noviembre de 2024

Opúsculo


 

Sería muy ambicioso por mi parte (y posiblemente muy equivocado o discutible) establecer qué requisitos o qué cualidades se deben acopiar en un libro para que pueda ser calificado de “memorable”. Resulta evidente, eso sí, que uno de esos requisitos no es, pese a lo que pueda pregonarnos cierta modernidad editorial (propensa a los tomos más bien mastodónticos), el volumen que presenta la obra. El cementerio marino, El túnel o la poesía completa de san Juan de la Cruz desbaratarían cualquier intento de fijar en el número de páginas la importancia de un libro. Por eso, me siento justificado para decir que Opúsculo, de Antonio Marín Albalate (que ya desde el título manifiesta su humildad), es un trabajo literario, pese a su reducidísima extensión, muy revelador y muy hermoso; y, por tanto, memorable. El propio poeta nos confiesa nada más abrirlo que estos trece poemas son el único fruto lírico que pudo cosechar durante el primer año y medio de vida de su hija Nuria (1991-1992). Así que, aunque en realidad pueda ser leído en apenas diez minutos, creo que conviene hacerlo en el más delicado de los silencios.

Luego me cuentan.

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Qué gran verdad es lo que afirmas, Rubén. El tamaño -especialmente en el campo artístico- no importa para nada; lo que de verdad importa es el placer que procura o se obtiene con su lectura. Parece una obviedad, pero conviene recordarlo, como bien tú haces.
Un abrazo