Yo
no sé si puede escribirse una novela relacionada con la guerra civil española
de 1936 que esté basada en “hechos reales” o si, por su misma condición de
atrocidad histórica, sería mucho más razonable y mucho más exacto afirmar que
está basada en hechos irreales. Pero la duda sí que florece en la mente
del narrador de este libro, quien escucha, embelesado, al anciano Rodolfo
Antúnez. Y es que la historia que le está contando resulta cautivadora y
magnética desde sus primeras líneas: un maquis llamado Pedro Morán, que se
refugia desde hace años en la aldea abandonada de Valdepiedras y que acaba de
enterrar en el monte a su último compañero, decide abandonar su escondite y
trasladarse hasta Fuente Caballeros. Allí se encuentra el cuartel contra el que
debían haber atentado, tras la masacre que los militares franquistas
perpetraron contra los guerrilleros de la Operación Reconquista, a finales de
1944. Docenas de sus amigos perdieron la vida en aquella emboscada sangrienta
y, ahora, cuando quizá ya no lo esperan, ha llegado el momento de devolver el
golpe. Lo pide la dignidad. Lo pide el rugido de la memoria.
De
forma desorganizada y algo caótica, Rodolfo va proporcionando detalles de la
aventura al narrador, quien se esfuerza en poner orden en sus rememoraciones y
que, a la postre, estas condensen la verdad de los hechos. No quiere inventarse
nada: desea ceñirse al espíritu auténtico del pasado. Y entonces acude hasta su
cerebro la gran duda: ¿morirá el anciano Rodolfo antes de concluir su
narración? Y, de forma inmediata, la gran pregunta: ¿Pedro Morán y Rodolfo
Antúnez son la misma persona?
Sólido
en la construcción de la trama e inteligente a la hora de irnos facilitando
informaciones sobre sus protagonistas, José Fernández Belmonte nos entrega un
libro realmente hermoso, donde reflexiona sobre la dignidad de los derrotados,
sobre la soberbia de los triunfadores, sobre la mugre de un tiempo indigno,
sobre el poder reconfortante del amor; y donde también se pronuncia sobre temas
tan espinosos como el papel de la Iglesia durante la postguerra o sobre la
eutanasia (“Tendría que existir alguna ley que prohibiera este tipo de agonías
contra natura. Pero seguro que los curas y la extrema derecha se pondrían en
contra y sacarían a sus acólitos a protestar a las calles o a recoger firmas; a
ellos les gusta vernos bien jodidos, por la gracia de Dios”, páginas 193-194).
Les recomiendo que no se la pierdan.
2 comentarios:
Pues sí que me parece atractiva esta historia. Tomo nota, Rubén. Muchas gracias porla reseña.
Saludos
Excelente resumen de esa impresionante novela. Su lectura me llevó al lado del protagonista, tal es la calidad literaria del relato, también aprendí de ese terrible momento histórico y no pude abandonar la lectura hasta el final. En fin es una cautivadora novela de un brillante escritor. Gracias por la reseña que por su calidad me hizo volver a la novela.
Soledad Diaz Otero
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