Todas
las relaciones de amor, sean del signo que sean, se erosionan. No se trata de
que tarde o temprano mueran (esa evidencia resulta incontestable), sino que
sufren con el paso del tiempo un número variable de desgastes, mutaciones o
necrosis. André y Nicole, un matrimonio de profesores jubilados, que pertenecen
a la intelectualidad francesa y que han dedicado buena parte de sus vidas a
luchar por la mejora del mundo, van a descubrir, ahora que han ingresado “en la
flor de la edad postrera” (p.73), esa corrosión. Su propósito en el viaje que
acaban de comenzar es muy sencillo: encontrarse con Masha (fruto del primer
matrimonio de André) y contemplar el estado en que se encuentra Rusia tras “los
negros años del estalinismo” (p.29). Durante mucho tiempo, ellos han anhelado
que el socialismo triunfe y que elimine las desigualdades entre los seres
humanos, pero ahora comienza a ganar sus espíritus el escepticismo, porque han
constatado que todas las luchas, todas las manifestaciones, todas las protestas,
todas las reflexiones “no habían hecho retroceder ni un palmo el capitalismo”
(p.66). A ese decaimiento ideológico se une otro mucho más íntimo: Nicole se
siente cada vez más vieja y comprende que su marido ya no siente atracción
sexual por ella. Los buenos tiempos ya no existen y resulta doloroso, pero
necesario, aceptarlo (“Al galope escapan mis días, y en cada uno de ellos
languidezco”, p.112). El fervor que sentían el uno por el otro se ha convertido
en rutina; el éxtasis, en grisura; la luz, en niebla. Aunque se nieguen a poner
nombre a su declinación, es posible que ya sean “una pareja que continúa porque
ha comenzado” (p.155). Es decir, una pura inercia lastimosa. En medio de ese
panorama, un detonante bastante nimio (que André ha decidido prorrogar su
estancia en Moscú y que Nicole insiste en no haber sido consultada) provocará
una grieta bastante profunda entre ellos; y ninguno de los dos parece, en
principio, dispuesto a ignorarla.
Simone
de Beauvoir nos propone en estas páginas, que incorporan muchos tintes en
apariencia autobiográficos, una serie de reflexiones francamente lúcidas (y no
exentas de decepción y amargura) sobre las relaciones humanas y, de paso, sobre
los acontecimientos políticos y sociales que sacudieron el mundo durante las
décadas de la Guerra Fría.
Un buen libro.
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