jueves, 12 de mayo de 2022

El llanto de Penélope

 


Recordemos, si hemos leído La Odisea, la figura de Penélope, la dulce compañera de Ulises, que queda en Ítaca durante veinte años mientras su esposo guerrea en Troya (al principio) y vuelve de forma accidentada a casa (después). Sabemos que el héroe griego no tuvo el menor problema en quebrantar durante su ausencia la fidelidad matrimonial, yaciendo con (y embarazando a) varias bellas féminas, tanto humanas como divinas; sabemos también que Penélope sí que resguardó su castidad de forma escrupulosa, acorazándose frente al asedio rijoso de los pretendientes que invadieron su casa; y sabemos que Telémaco, el joven príncipe, trató con altanería viril a su propia madre, exigiéndole que respetara su condición de macho dominante, en ausencia de Odiseo. Seguro que recuerdan bien esos ingredientes de la historia. Ahora realicen el esfuerzo de pensar el poema desde el lado de Penélope. ¿Cómo se sintió, mientras los años pasaban y su marido se diluía poco a poco en la memoria? ¿Es razonable pensar que no padeció momentos de duda, que no desfalleció, que no sintió deseos sexuales? ¿Es lógico pensarla como una especie de sacerdotisa de mármol, ajena a las erosiones de la flaqueza?

En este hermosísimo libro de poesía, la madrileña Ana María Romero Yebra nos propone repensar la historia desde ese particular, interesante y legítimo punto de vista: el de Penélope. Y lo hace en dieciséis capítulos que son dieciséis lágrimas, en los cuales nos desgrana (con magistrales endecasílabos) su desamparo, su espera ilusionada o cenicienta, lo que opina sobre el padre de Ulises, la extraña forma en que mira un día a su hijo Telémaco, su visión del mar como enemigo, su odio por la guerra (estupidez masculina, que la ha dejado durante años y años sin las caricias del hombre al que quiere) y, sobre todo, el increíble final, donde la atroz matanza de los pretendientes es interpretada de un modo muy distinto al “oficial” por parte de la mujer.

Sin duda, un volumen espléndido, que nos enriquece mostrándonos la mirada de una mujer sobre un clásico de la literatura occidental que, habitualmente, ha sido leído de otra forma.

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