Me
zambullo en los relatos de Órbita, de
Miguel Serrano Larraz, que llevaba un tiempo queriendo leer y que no me han
defraudado, ni mucho menos. Curiosamente, siendo yo un lector tan cortazariano, los que menos
interés me han producido son los dos donde más se advierte la influencia del
argentino: “Shaman’s Blues” y “Estrategia del aplauso” (sobre todo este último,
donde me parece que el pastiche resulta un poco excesivo). Ese detalle, en todo
caso, no disminuye el valor de esta obra, que me parece notable. Miguel Serrano
sabe controlar los mecanismos narrativos, el ritmo del relato y la alternancia
de voces, que pone al servicio de unos argumentos muy llamativos: un
adolescente con superdotación intelectual que está convencido de que cierto divulgador
científico de gran renombre escribe solamente para comunicarse con él
(“Órbita”); un estudiante que muere a los veintidós años por un comportamiento
estúpido y que se reencarna en un elemento insospechado (“Perspectivas”); una
curiosa colección de cartas que un chica va recibiendo de forma anónima en su
buzón (“Y sólo del amor queda el veneno”); un excéntrico matemático que
descubre la prueba de la existencia de Dios y que ve peligrar su vida a partir
de entonces (“Y así sucesivamente”); etc.
Poderosos,
solventes y bien desarrollados, los relatos de Órbita ofrecen a los lectores un prisma heptagonal al que
difícilmente se aproximarán sin aplauso y del que guardarán un buen recuerdo.
Lo distinto, cuando está impregnado de calidad, se transforma en memorable.
1 comentario:
Aqui la que está fuera de órbita soy yo...anotado queda porque no tenía ni idea de este libro...
Besitos.
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