Me regalo por primavera la relectura del volumen Del tiempo y la memoria, cuyo autor es
Francisco Sánchez Bautista (Academia Alfonso X el Sabio, Murcia, 1986). Es un
libro típico de don Francisco; o sea, cuidado exquisitamente en su contenido y
en sus formas. Yo creo que Sánchez Bautista es un genio de las letras, un
meticuloso y dotadísimo orfebre cuya obra, si no ha trascendido más fuera de
las fronteras regionales, es porque Murcia ha sido durante demasiado tiempo un
cero a la izquierda en materia cultural. Se me ocurren los nombres de muchas
medianías que, publicando en Madrid o Barcelona y no llegándole a las corvas a
don Francisco, han sido galardonados con más adjetivos elogiosos que él. Una
grave injusticia, sin duda.
Hay en este tomo (que me gusta entero) un grupo de poemas
sencillamente magníficos: “Inútil búsqueda en el tiempo”, “El deshabitado”,
“Lázaro calla”, etc. El homenaje que le dedica a Quevedo entre las páginas 127
y 129, en cambio, se me ha hecho un poco fatigoso. Es el único
“desfallecimiento” que aprecio en un tomo admirable.
“¿Será el tiempo volver al sitio donde / uno fue niño y nadie
le recuerda?”. “Al mundo (...) le falto casi yo”. “Hay un sabor a tierra en
cuanto digo”. “Vivir ajeno al tiempo es lo que pido / y es el don que los
dioses me han negado. / La memoria me tiene esclavizado / y el impasible tiempo
sometido”. “Vivir es navegar un mar de daños”. “Me estimula la duda, ella me
guía”. “Los que hoy somos aún supervivientes”. “En pulpa acaba lo que en flor
empieza”.
1 comentario:
Hubo un tiempo en que releía más a menudo, de hecho a penas leía nada nuevo durante un par de años...debería tomarme un año sabático en ese aspecto y releer mis buenos libros...
Besitos.
Publicar un comentario