Hay que ser muy atrevido, muy inconsciente o estar
muy seguro de sí mismo para embarcarse en la composición de un libro de
microrrelatos, porque se trata de un género tan exigente como ingrato. El
límite entre la genialidad y la simpleza es, en él, más delgado y quebradizo
que en ningún otro. Lo saben los estudiosos (y en Murcia tenemos a Basilio
Pujante como elevado ejemplo) y lo sabemos también los lectores, que sufrimos
noventa decepciones por cada diez alegrías.
Con Vosotros,
los muertos, de Ginés S. Cutillas, nos encontramos por fortuna en el
platillo bueno de la balanza, allí donde las sorpresas agradables, los guiños
felices, los aciertos formales y los cierres impolutos dominan de forma clara.
Y el autor valenciano no lo consigue por el camino fácil (es decir, acuñando un
molde y geminando sus mecanismos), sino al método nietzscheano: actuando como
un bailarín y exigiéndose un giro más complicado en cada vuelta, un salto más
intrépido en su siguiente acrobacia.
Así, recurre a atrocidades sangrientas (“Asuntos de
familia”); a humoradas lingüísticas (“Los cantones de mi casa”); a muertos que
formulan legítimas peticiones (“Cemento”); a reuniones de antiguos alumnos de
instituto, tan decepcionantes como melancólicas (“Memorias estancas”); al
influjo de los pequeños movimientos sísmicos sobre la prosa del microrrelato
(“Terremoto”); a ancianos que frecuentan pliegues espacio-temporales, para
estupor y pánico de sus familias (“Los abuelos”); a curiosas meditaciones sobre
las bifurcaciones que nos plantean en la vida y que nos obligan a elegir
(“Vidas posibles”); o al modo en que ciertas costumbres pueden adquirir unas
dimensiones inesperadas al cambiar de situación (“El siguiente”). Y, si me
permiten una apreciación rigurosamente subjetiva, en sus páginas van a poder
encontrarse la mejor historia que he leído jamás con un teléfono como eje del
argumento (“Tiempos felices”).
El resultado es, como les digo, un volumen
elegante, sin fisuras, pulido hasta la perfección y donde el autor de Un koala en el armario consigue una
auténtica obra maestra del género. Vayan corriendo a su librería de confianza y
háganse con él.
1 comentario:
Me recuerda a «Vosotros los que leéis que aún estáis entre los vivos»...los relatos y microrrelatos, bien hechos, son pequeñas novelas.
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