Elaborar un resumen de la Historia de la Filosofía que resulte, a
la vez que riguroso, comprensible para un público no especializado constituye una
tarea ciclópea que sólo está al alcance de unos pocos. Pablo Redondo Sánchez,
una vez leídas las trescientas páginas que conforman su volumen Maestros del pensamiento. Un recorrido por
la historia de la filosofía (que le publica Ediciones del Serbal), es
evidentemente uno de ellos. Después de tantos volúmenes farragosos, donde los
supuestos divulgadores habían sido incapaces de explicarse con un mínimo de
transparencia, Redondo nos entrega en estas páginas un tomo deliciosamente
exacto, donde por fin se entienden con nitidez las reflexiones de los grandes
pensadores de la
Historia. El lenguaje con el que el doctor Redondo ha diseccionado
los diferentes modelos filosóficos (desde los presocráticos hasta el
estructuralismo) es cristalino; sus ejemplos, inmejorables; y sus resúmenes,
utilísimos.
Nos explicará cómo Sócrates, feo, gordo, refractario
a la higiene y con una mujer insoportable llamada Jantipa, fue el precursor del
intelectualismo moral y el creador de la mayéutica (el arte de hacer aflorar
los conocimientos de alguien a base de formularle preguntas). Su discípulo
Platón se interroga sobre la ordenación escrupulosa del universo, que él
atribuye a un demiurgo, y además incorpora al mundo de la filosofía el concepto
de las ‘ideas’, unos arquetipos abstractos inmutables que el alma humana conoce
de una vida anterior y que recuerda con esfuerzo. Aristóteles postuló la
necesidad de un primer motor inmóvil (Dios), con lo que dio el salto a la
metafísica. Agustín de Hipona, por su parte, intenta conciliar fe y pensamiento
racional, indicando que la religión ha de guiar los caminos de la política.
Tomás de Aquino se enfrenta al mismo problema de la conciliación entre fe y
razón y otorga el monopolio de la verdad a la fe. Si la razón la contradice, se
equivoca. Descartes se esfuerza en una duda radical metódica que, por lógica,
ha de detenerse en una evidencia: el hecho mismo de dudar, el cual certifica
que existimos. Baruch Spinoza se propuso demostrar que la religión no es el
único camino para acceder a Dios. Kant apela al raciocinio de los seres humanos
y los desafía: “Atrévete a pensar”. Hegel advierte los tentáculos complejos de
la realidad, indicando que las cosas se vinculan necesaria y continuamente unas
con otras. Karl Marx habla de la alienación en un marco amplio de humanismo
ateo. Para suprimir la lucha de clases no hay —nos dice— mejor camino que
suprimir, de hecho, las clases sociales. Nietzsche centra su construcción
filosófica en la crítica al platonismo, gran falseador a su juicio del sentido
de la vida humana. Sigmund Freud se sumerge en una investigación tan
inquietante como iluminadora por el lado más oscuro de la mente humana, para
descubrir sus pulsiones secretas...
¿Será necesario seguir, hablando también de
Wittgenstein, Heidegger, Ortega y Gasset, Althusser o Foucault? El profesor Pablo
Redondo Sánchez nos acompaña con su linterna y su sabiduría a través de las
aventuras más sólidas y revolucionarias de la historia del pensamiento
occidental y nos deja en las manos unas páginas que, leídas con lentitud,
constituyen una excelente ventana por la que dejar entrar la luz y el aire de
la filosofía en nuestras vidas. En los tiempos que corren, un auténtico regalo
para el espíritu.
2 comentarios:
Es normal que yo leyera esta reseña, por lo menos. Se agradece que aparezcan buenos divulgadores,claros y solventes. Me sorprende que no supriman en la Hª de la Filosofía a los que YA no son nada( toda la Escolástica ) porque nada dijeron. Miles de páginas sin sentido. La filosofía es amiga e intérprete de la ciencia o no es nada.
Un abrazo, Rubén
Hola Rubén: acabo de descubrir, casi por casualidad, el comentario que has publicado de mi libro. Te agradezco mucho tus palabras, tan elogiosas, y me alegro de que te haya gustado.
Un abrazo
Pablo Redondo
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