Sabemos
que ciertos personajes de novela están más vivos que muchas de las personas con
las que nos tropezamos por la calle. Igualmente sabemos que los libros pueden
ser misteriosos, y sorprendentes, y mágicos. Que pueden intrigarnos, hacernos viajar,
proponernos enigmas y perturbar nuestras seguridades, lanzando nuestra fantasía
hacia fronteras insospechadas. Vicente Muñoz Puelles, en su relato El legado
de Hipatia, nos ofrece una historia que participa de todas esas brujerías
deliciosas: un escritor insomne está redactando una novela sobre Hipatia, mujer
erudita de Alejandría que no goza del respeto del patriarca Cirilo, ni tampoco
de los cristianos eminentes de la ciudad, porque esa mujer “enseñaba a razonar,
a cuestionar las verdades establecidas. Ellos preferían un pueblo sumiso,
crédulo, ignorante” (pp.15-16). Pero la confección de esta obra narrativa
obliga a Muñoz Puelles a consultar un viejo ejemplar de la Alejandría de
E. M. Forster, heredado de su abuelo. Y ahí comienza la auténtica aventura,
porque el escritor advierte que los libros de su biblioteca parecen tener vida
propia: vuelven solos a su sitio de la estantería (ansiosos por compartir la
balda con sus iguales), se dejan caer al suelo cuando quieren llamar la
atención, etc. Los libros se revelan entonces como seres vivos, dotados de
sentimientos y voliciones, ahí donde las fronteras entre la realidad y la
ficción ya no existen, o están desdibujadas por la niebla del fervor. Su
abuelo, lector quijotesco, entusiasta y voraz, le transmitió la pasión por los
libros (“Leía desde que se despertaba por la mañana, mientras desayunaba en el
comedor y luego en la biblioteca. Leía en el lavabo y hasta en la bañera, donde
había instalado una especie de atril. En plena gula literaria leía durante el
almuerzo y durante la cena. Leía hasta que le vencía el sueño y entonces seguía
soñando con libros, con historias y con caudalosos ríos de palabras”, p.31). Un
día, se declara un incendio en la biblioteca del escritor protagonista, y la
situación no acaba en desgracia merced a una intervención fantasmagórica, que
da color y fantasía a las últimas líneas del texto.
Muy agradable lectura.
1 comentario:
Hola. Quiero expresar mi gratitud por el increíble esfuerzo y la dedicación que demuestran en este blog. La profundidad y el rigor de sus artículos son verdaderamente excepcionales. Aprecio especialmente la forma en que logran reseñar los temas de manera sencilla y comprensible. Su compromiso con sus lectores es inspirador. ¡Gracias por compartir su conocimiento!
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