Ignoraba
la existencia de esta primera novela de Mario Benedetti, publicada en el año
1953 con el título de Quién de nosotros.
Para mí, erróneamente, La tregua
(1960) constituía su primer asalto novelístico. Por fortuna, esta edición que
ha caído en mis manos ha deshecho el equívoco y he podido acercarme a la
historia protagonizada por Miguel, Alicia y Lucas, que se inicia convencional y
se clausura sorprendente.
Miguel es
un muchacho tímido, hijo de un padre brusco y enérgico y de una madre apocada.
Nunca se ha considerado especial por ningún concepto: ni es brillante, ni
resulta un gran conversador, ni destaca por su belleza física. Así que cuando
en el liceo conoce a la fulgurante Alicia no alberga demasiadas esperanzas de
llegar a resultarle atractivo. Son amigos, eso sí; y caminan siempre juntos hacia
casa. Pero el muchacho siente que no logrará pasar de ese punto, y que en
realidad está bien que así sea, porque él no se merece (ni sería capaz de
retener) a una joven como ella. Es entonces cuando surge Lucas, de verbo fácil
y ademanes bastante desenvueltos, que se situará involuntariamente entre ambos.
Dividida
en tres bloques narrativos (donde toman la palabra cada uno de los tres
implicados para dar su particular versión de los hechos y resumirnos el devenir
de sus vidas), Quién de nosotros
plantea el tema del triángulo amoroso (con sus mieles, pero sobre todo con sus
acíbares) desde un enfoque muy original, sobre todo con el giro que Benedetti
imprime a la historia desde el personaje de Lucas, que es escritor y que obliga
a ralentizar la lectura para comprender los matices y los nuevos laberintos de
la historia. Tras haber asistido a una narración bastante previsible en su
línea argumental durante los dos primeros bloques, Benedetti nos zarandea por
sorpresa en el tercero.
Un
inusual debut del escritor uruguayo que, al parecer, pasó bastante inadvertido
entre críticos y lectores.
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