Nos encontramos en un sanatorio mental fundado por
Mathilde von Zahnd, en uno de cuyos pabellones se encuentran recluidos tres
físicos, “tres locos inofensivos y entrañables, dóciles, fáciles de tratar y
nada exigentes” (p.19). El primero de ellos cree ser Isaac Newton y, a despecho
de lo manifestado por la directora del centro acerca de su condición sumisa,
asesinó a una enfermera tres meses atrás; el segundo, creyéndose Albert
Einstein, acaba de matar a otra; el tercero, mucho menos infuloso y mucho menos
iracundo, se conforma con ser Möbius, un prometedor científico que ingresó en
este centro asistencial cuando comenzó a decir que era visitado todos los días
por el rey Salomón. No obstante, el clima enrarecido de la institución se
volverá aún más irrespirable cuando el cándido Möbius acometa también un crimen
idéntico a sus compañeros.
Pero la intriga no se detendrá ahí, porque el
lector descubre muy pronto que las identidades y la condición mental de los
tres inquilinos no son las que inicialmente pensaba, y la obra ramificaba sus
sorpresas hasta un punto que anonada.
Las grandes preguntas que quedan implícitas tras
cerrar el volumen son claras: ¿dónde están las fronteras entre la genialidad y
la locura? ¿Es posible fijar unos límites al avance tecnológico? ¿Se puede
esperar que éste avance por unos senderos que no dañen irreversiblemente a la
especie humana?
Friedrich Dürrenmatt, traducido por Juan José del
Solar para el sello Tusquets, ratifica en estas páginas su condición de
dramaturgo intenso, sólido y lleno de inteligencia, capaz de conducir a sus
personajes y a sus lectores por los caminos más insospechados. Un auténtico
maestro.
1 comentario:
Qué sugerente. Me lo apunto.
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