Imaginemos a una mujer joven que ha sido violada
durante los prolegómenos de una guerra. Una vez tragada la saliva y controlado
el escalofrío que esta imagen nos provoca, imaginemos que la chica queda
embarazada de su agresor y que, contra la opinión de todo el mundo (incluida su
hermana), decide llevar a término la gestación, aferrándose a una máxima que
quiere convertir en bandera: “¡No es su hijo, Refka, es el mío!”. Adriana es
consciente de que por las venas del bebé correrá un doble vértigo: la sangre inocente
de su madre y la sangre criminal de su padre. La sangre de la víctima y la
sangre del verdugo. ¿Por cuál de las dos posiciones se terminará inclinando
cuando pasen los años y el niño sea un hombre? Tiempo después, convertido Yonas
en un mocetón de buena altura y buenos músculos, se entera de su verdadero
origen y localiza al hombre que violó a su madre, con la intención de matarlo.
Una vez frente a él, descubre que es un anciano que se ha quedado ciego y
aprieta las mandíbulas. La decisión está en sus manos.
Con este vertiginoso argumento, Amin Maalouf
construye la historia de su obra Adriana
Mater, traducida por Julia Escobar para el sello Alianza Literaria, que la
ofrece en versión bilingüe. Originalmente, apareció en el año 2004 y sirvió
como base para una ópera de Kaija Saariaho.
La culpa, la entereza, el determinismo, la justicia,
la venganza, el amor, la ilusión y las abominaciones del ser humano afloran en las
páginas excelentes de este libro, mostrándonos los pliegues menos luminosos del
alma y dejándonos muchos motivos para la reflexión. Memorable.
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