viernes, 10 de junio de 2016

El Círculo de Jericó



Un escritor llamado Flavio Tursi firma un pacto con el Diablo para, a cambio de su alma, gozar del éxito absoluto y ser considerado el mejor literato de todos los tiempos; un satélite en órbita queda desconcertado cuando comprueba en sus registros que no queda más vida en la tierra que un rebaño de ovejas custodiado por unos perros (y asediado por otros perros); un gitano granadino que recibe, justo en el instante de su nacimiento, el impacto de un rayo energético donde se almacena una sabiduría estelar que determinará su existencia; un científico enloquecido llamado Nanda, quien genera un desastre mundial de dimensiones apocalípticas; una tribu africana que tiene en sus manos el poder de mantener en orden el universo; unos curiosos experimentos para vulnerar las barreras entre el mundo onírico y la realidad; una casa inabarcable, llamada Mansión, que conecta épocas y mundos de forma mágica…
Todas estas historias fascinantes son desgranadas por los miembros del Círculo de Jericó ante un escritor, su esposa y su hija, que se encuentran de vacaciones en la Costa Brava y que se ven atrapados por una tormenta en el apagado volcán de Santa Margarita. ¿Y quiénes forman ese enigmático Círculo? Pues unos hombres y mujeres de lo más variopinto: una dama rumana que chapurrea un español sumamente gracioso, un sacerdote iracundo y de gestos agrios, una médium que para entrar en trance requiere el auxilio hipnótico de su esposo, un prestidigitador dotado de una inaudita habilidad casi mágica… Siete personas cuya tarea (ellos mismos se lo explican así al escritor-narrador) consiste en mantener firme la realidad del cosmos relatando historias. Solamente al final, cuando las haya escuchado todas y la familia se encuentre meses después de su casa, comprenderá el auténtico sentido que tuvo el encuentro entre su familia y los componentes del Círculo.
Nos hallamos, pues, ante un tomo de relatos con marco (similar en su espíritu al Decamerón, El conde Lucanor y otros volúmenes parecidos), que se lee con un asombro constante y que nos regala personajes de inolvidable factura: Gedeón Montoya, el Hombre Dormido, el doctor Pétalo, madame Kádár… Decir que el tomo es excelente y que deslumbra de principio a fin resultará tan exacto como ilustrativo, pero les garantizo que no existe mejor mecanismo de comprobación que leerlo y quedarse, literalmente, conmocionado y con la boca abierta.

Pongan este libro en su mesilla de noche y disfruten de uno de los grandes maestros de la fantasía mundial.

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