No ha sido Nikolái Gógol uno de mis escritores más
frecuentados, así que esta Nochebuena
que traduce Tatiana Enco de Valera para Punto de Lectura será su primer título
en mi Librario.
Nos cuenta el narrador ruso o ucraniano cómo en la
víspera de Navidad el demonio no tiene mejor idea que robar la luna para que el
joven pintor Vakula, perdidamente enamorado de la bella y escurridiza Oksana,
no pueda acudir a una cita con ella. Pero la acción pronto se enredará con
otros personajes: el violento Chub (padre de Oksana), que intenta salir en
medio de la oscuridad para verse con una mujer; Soloja, la madre del joven
pintor, que es una bruja que tiene encandilados sexualmente a varios hombres, a
quienes recibe a la vez y va escondiendo en sacos, para proteger de la mirada
inoportuna de su hijo (el alcalde, el diácono...); las amigas de Oksana, que
celebran con gran aparato de risas los desdenes que la muchacha tributa a su
entregado admirador (el cual llega a pensar en el suicidio antes su rechazo y
sus burlas crueles); y el diablo, aliado y amante de Soloja, que terminará
siendo apresado por Vakula y utilizado para conseguir unos zapatos de la
zarina, que Oksana requiere para tomarse en serio a su cortejador.
La pequeña obrita, que apenas ocupa medio centenar
de folios y que termina de un modo excesivamente edulcorado, transcurre sin
demasiadas alegrías de tipo literario y se aliña con unas leves secuencias de
humor, más bien poco airoso (dos amantes reunidos en el mismo saco, el diablo que
cae en la trampa que le tiende un joven imberbe, etc). La edición de Punto de
Lectura, además, se completa con ocho dibujitos de Isabel Fischer sobre los que,
piadosamente, no verteré ningún comentario.
O sea, que ya probaré con otra obra de Nikolái
Gógol que resulte más sólida o trascendente, porque lo que es ésta no me ha
decepcionado.
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