viernes, 21 de noviembre de 2025

El viaje de mi padre

 


“Es lo que pasa por no escuchar cuando puedes hacerlo: que luego te arrepientes de ello”. Son las palabras que anota Julio Llamazares para lamentarse por no haber prestado atención (o haberle formulado preguntas para conocer detalles) cuando su padre, antes de morir, le dijo que había cruzado media España (desde León hasta la costa de Valencia) durante la guerra civil, movilizado a los dieciocho años como radiotelegrafista, junto a su amigo Saturnino. Y Julio, con esa triste torpeza que a veces los hijos o los nietos no somos capaces de advertir hasta que es demasiado tarde, no prestó atención. Pero en 2024, fallecido el protagonista, su hijo decidió emprender ese viaje de recuperación o de expiación, de amor y de reconocimiento, de lealtad y de memoria. Consultó algunos detalles con el viejo Saturnino y, ochenta y seis años después, intentó reproducir aquel viaje atroz, en el que su padre y su amigo pasaron hambre, miedo y frío, enfrentándose a los bombardeos, las órdenes ladradas por los superiores, los disparos y el horror.

El resultado es El viaje de mi padre, un trabajo admirable, melancólico y estremecido, en el que Llamazares recorre vías de ferrocarril ya inundadas por los hierbajos, estaciones cuyos letreros y muros se caen, pueblos languidecientes en medio de la niebla (la desoladora despoblación de viejas zonas de Castilla), bares donde toma un vino con los parroquianos, antiguos aeródromos ahora reconvertidos en campos de manzanos, decrépitas trincheras que aún conservan el olor acre de la muerte, trozos de metralla e incluso restos de huesos que siguen brotando entre los matorrales y, sobrevolando esas imágenes, dos pensamientos que se repiten una y otra vez en el volumen: primero, el contraste entre el paisaje actual y el antiguo (cómo es posible que en estas plazas o calles tan pacíficas y tan silenciosas atronasen las bombas y se apilasen los cadáveres); segundo, el asombro de que algunas líneas ideológicas actuales se obstinen en olvidar aquello e, incluso, coqueteen con la idea de repetirlo.

Un libro para leer y para pensar, redactado por uno de los escritores más brillantes de nuestro país.

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