Todos
los relatos que conforman el volumen Cantos de sirena, de Faustino Lara
Ibáñez, de quien ya reseñé en 2019 su libro Especies en extinción,
ganador del premio Manuel Llano (https://rubencastillo.blogspot.com/2019/08/especies-en-extincion.html), han
recibido reconocimientos en certámenes de cuento de toda España. Ese detalle,
que no resulta desde luego menor, nos indica claramente que la prosa del autor
es tan eficaz como exitosa. Y, en efecto, las trece narraciones que integran el
tomo van consiguiendo que, de forma firme, nos encandilemos con el estilo del
toledano.
El
sugerente abanico de temas y emociones que se nos sirve en estas páginas es
enorme: la extraña obsesión de un hombre por las sirenas, en cuya existencia
cree de manera firme, tras escuchar las historias del viejo François; las
tensiones que se viven en el hogar de una pareja que se encuentra en crisis y
que tienen una hija de tres años, convencida de estar acompañada por un amigo
invisible; el afán de una mujer de cuarenta años por conseguir quedarse
embarazada, pese a las reticencias (y aun la oposición) de su marido; el
inquietante juego de indios y vaqueros que debe protagonizar un hombre, para
purgar un viejo pecado de su niñez; la mujer maltratada que descubre en una
novela de Stephen King el mecanismo de venganza que la liberará de su
pesadilla; el pintor que encuentra el amor de la forma más insospechada… Podría
seguir y seguir, pero me estaría limitando a darles un telegrama de cada
relato, y mi objetivo desde luego es otro: que ustedes se sientan impulsados a
buscar el tomo y leérselos.
Se lo plantearé entonces de otra forma: acudan al libro, ábranlo por el cuento “Respirar amor, aunque duela” y recorran sus hojas en silencio, conteniendo (no es fácil) las lágrimas. Después, cuando conozcan esa conmovedora historia de esperanza y literatura (pueden creerme), no vacilarán ni un segundo: querrán leer los demás de un tirón. Háganlo y ya me contarán.
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