Nos
sorprendía hace no muchas semanas la abrupta noticia del fallecimiento de José
Javier Abasolo, respetado y aplaudido autor de novelas negras, justo cuando
se presentaba oficialmente la última de sus producciones: la magnífica
narración El país equivocado, que publica el sello Erein con estupenda
portada de Cristina Fernández. Y después de recorrer sus páginas y enriquecerme
con su propuesta novelística siento la honda tristeza de que ya no vaya a haber
más libros (salvo sorpresa) del autor bilbaíno.
En
esta ocasión no nos entregó una nueva aventura de su emblemático Goiko, sino un
relato que nos transporta a mediados de los años cuarenta, en plena época de
asentamiento del franquismo. Curiosamente, la historia arranca desde los
Estados Unidos de Norteamérica, donde el millonario John Calvin Van Looy III
(que trabaja como ayudante del fiscal general del estado de Nueva York)
consigue que su amigo Steve Beasko, antiguo policía de origen familiar vasco,
acepte viajar con él hasta España, donde activará los trámites para repatriar
los restos de su primo Jefferson Van Looy, que murió durante la reciente guerra
civil española. En principio, y habida cuenta del poder económico y político de
los Van Looy, se presenta como un caso de sencilla resolución, pero nada más
aterrizar en Madrid (mayo de 1946) comienzan las dificultades: autoridades
falangistas reticentes, burócratas que desconfían de los “prepotentes”
norteamericanos, suspicacias por el hecho de que unos extranjeros vengan a
escarbar en los muertos de la guerra… y, sobre todo, un cadáver de Jefferson Van
Looy que presenta un inequívoco disparo en la nuca. No fue un fallecimiento
accidental o fruto de la guerra, sino una clara ejecución premeditada. Ahora,
Beasko tendrá que descubrir qué mano inicua (y poderosa) sostuvo el arma que
acabó con la vida del primo de su gran amigo, el aristócrata John Calvin. A la
vez, iremos comprobando cómo el protagonista se va enamorando de la gastronomía
vasca, de sus paisajes… y también de una de sus mujeres, cuyo nombre coincide
(hermoso homenaje último) con el de la hija del propio José Javier Abasolo.
Sólidamente documentada, pero sin que los datos históricos y políticos frenen o entorpezcan el vivo ritmo de la narración, El país equivocado nos sitúa en una triste España amedrentada, amordazada y cautiva, cuyos habitantes viven entre el miedo y la vileza, luchando para sobrevivir.
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