No
tengo palabras para resumir, en el estrecho margen de una reseña, lo mucho que
disfruto con los libros de Mariano Sanz Navarro. Hay siempre en ellos una
frescura, una fluidez y una elegancia expresiva que me cautivan desde la
primera página y que, al concluir el tomo, me encuentran aplaudiendo. Ha vuelto
a suceder con Los otros, la magnífica colección de relatos que acaba de
poner en las manos de los lectores.
En
estas dieciocho propuestas, Mariano Sanz nos deja historias de todo tipo, en
las que pulsa registros temáticos muy diferentes: enigmas y misterios de
infancia que se acaban resolviendo con un giro humorístico (“El sitio de mi
recreo”); situaciones angustiosas que, de forma inesperada, derivan hacia el
surrealismo (“Saúl”); niños que, sometidos al tedio infinito de la confesión
con un sacerdote, planean una mentira sangrienta y escalofriante (“La semana
que viene”); elegantes fantasías oníricas donde el lujo y la sensualidad
enlazan sus dedos (“La mujer del abrigo rojo”); o interesantes reflexiones
sobre el mundo de la muerte, desde la perspectiva de dos ancianas que han
cruzado la frontera oscura (“Adiós Rigoletto” y “Al otro lado”). Pero,
contraviniendo la norma casi general de que los tomos de relatos vayan
perdiendo fuelle hacia sus páginas finales (el escritor se preocupa de colocar
los relatos más impactantes al inicio, para capturar con más rapidez y eficacia
la admiración de los lectores), Mariano reserva para las últimas treinta la
artillería pesada, embriagándonos con la historia del camarero de un balneario,
que fue testigo involuntario de una preciosa historia de amor (“El
espectador”); con el inicio de una vocación literaria (“Premio envenenado”); o
con un asombroso ejercicio imaginativo cuyo secreto, discúlpenme, no quiero
revelar (“Fatty”).
Quien se decida a abrir las páginas de esta obra se enamorará de la narrativa de Mariano Sanz Navarro, estoy seguro. Y repetirá.
2 comentarios:
Relatos...solo por eso ya me gusta.
Besos 💋💋💋
Muchas gracias, Rubén. Colorao como un pavo pero mas contento que unas pascuas.
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