Bajo
el sello La Fea Burguesía acaba de lanzarse al mercado el primer libro de
ficción de Juan Antonio López Ribera (Molina de Segura, 1983), una colección de
relatos y microrrelatos con el sugerente título de Rutina del asesino,
en la cual se advierte la voluntad del autor por aproximarse a distintos
registros y temáticas: la insania de un criminal desquiciado (“Rutina del
asesino”), el descrédito de la lectura seria en el mundo actual (que consigna
en el relato “El Efecto Cortázar”), la búsqueda de emociones fuertes en el
ámbito sexual (“Allí arriba”), los absurdos en los que puede incurrir una
persona que planea dedicarse al mundo de la escritura (“Experiencia”), el
metacuento (“Welcome to the machine”) e incluso historias donde la literatura
es la gran protagonista y permite al autor mezclar cuatro novelas bien
conocidas en una sola trama (“Gregor Samsa se marcha”).
El
ingrediente que más ha llamado mi atención en estas páginas es el sentido del
humor, que López Ribera utiliza de forma eficaz en varios de los relatos de
este volumen: por ejemplo, cuando construye una gamberrada futurista en la que
un enamorado de la música decide emprender su particular campaña terrorista
contra el reguetón, con pavorosos y aplaudidos resultados (“El último
rockero”); por ejemplo, cuando utiliza un conocido programa televisivo para
entrevistar al autor de una obra de investigación que convierte a un célebre
músico de los 80 en cabeza de puente para una conquista nazi sobre España
(“Kaiser).
Un libro muy interesante que, además, se cierra con una autocrítica ingeniosa y simpática.
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