El mundo
en que viven Bianca y su hermano se tambalea y entra en una nueva fase cuando
sus padres pierden la vida en un accidente automovilístico, que los convierte
en huérfanos, en dueños de la casa y en beneficiarios de una reducida pensión.
Esa conmoción brutal e inesperada los trastoca de tal modo que acaban por
abandonar sus estudios y comienzan una deriva preocupante, en la que su hermano
termina por alojar en la casa a dos compañeros del gimnasio, un boloñés y un
libio. Bianca, recién llegada a la adolescencia, comienza a recibir las visitas
nocturnas de ambos, alternativamente, y se deja enredar en un proyecto
delirante y disparatado: convertirse en amante del exculturista Maciste
(actualmente ciego y muy abandonado), para descubrir donde oculta en su
vivienda la caja fuerte y, entre todos, atracarlo.
Utilizando esa línea argumental, el chileno Roberto Bolaño consigue esculpir una deliciosa novela corta, donde explora los meandros de la insatisfacción humana, los miedos más ocultos, las ambiciones absurdas y las relaciones que, utilizando un adjetivo moderno, podríamos calificar de tóxicas. El hermano cree que los dos intrusos son sus amigos, porque necesita aferrarse a alguna figura estable; Bianca se ilusiona en ocasiones con la idea de convertirse en pareja estable de Maciste, porque también necesita un referente que estabilice y serene su vida. Ambos, como es natural, yerran. Ambos construyen sueños absurdos. Y ambos tendrán que enfrentarse, muy pronto, al aspecto más desolador y amargo de la realidad. Una novelita lumpen es un amargo tratado sobre la zozobra, la inseguridad y los trampantojos de la vida.
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