miércoles, 27 de abril de 2022

El experimento


 

Martyn es un chico inteligente, formal y muy bien considerado por todos sus profesores. Sin embargo, esconde una parte bromista y gamberra, que consigue hacerlo realmente popular entre sus compañeros de estudios: planea aventuras de lo más sonadas. La que ahora acaba de orquestar es inaudita: ha convencido a cinco compañeros (chicos y chicas) para que preparen sus mochilas, expliquen a sus familias que se van unas semanas de acampada… y en realidad se metan en un sótano aislado, donde los encerrará durante tres días bajo llave. Así podrán vivir la experiencia de conocerse, compartir charlas, hartarse de alcohol y sentir que viven una situación especial. Entusiasmados, aceptan el experimento; y se introducen en el Agujero sin explicar a nadie, absolutamente a nadie, dónde se encuentran o cuándo van a volver. El problema es que los planes de Martyn no son los que ellos piensan: lo descubren cuando, agotado el plazo, el enigmático compañero no acude a sacarlos de allí. Se dan cuenta entonces de que están bajo tierra, con poca agua, con poca luz, con pocos alimentos… y condenados a una muerte segura, porque Martyn ha revelado ser una mente retorcida y criminal.

Esta es la situación sobre la que Guy Burt construye El experimento, una novela que escribió con apenas 18 años y que, traducida por Madeleine Cases, publicó Alba Editorial en 1994. Lentamente, casi con morbo placentero, vemos cómo el narrador va mostrándonos la degradación de sus protagonistas, asaeteados por el hambre, torturados por la sed y aterrados por la oscuridad, hasta el punto de que en muchos momentos la historia alcanza puntos claustrofóbicos bastante sofocantes.

No apta para personas que sufran taquicardia. Ni por su desarrollo ni por su final.

3 comentarios:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Suerte que me trasplantaran porque sí, yo era taquicárdica, mira qué bien me viene ahora 😂😂😂

Juan Carlos dijo...

¡Wow, menuda historia! En prinicpio me recordó a "Nada" de JAnne Teller pero luego vi que he visto que se desliza más por el lado del puro terror. Me la apunto pues no conocía ni al autor ni, por supuesto, el título.
Un abrazo

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Pues ya es tener poder de convicción.
Brutal, me encanta.
Besos