Me he leído un
poemario de Adolfo Burriel que lleva por título Furtivos días (Algaida, 2005), al que le concedieron el premio
Alegría y que fue publicado con todo lujo y primor... y me encuentro con que es
una puñetera mierda. Pero así, sin más, sin paliativos, sin matices. Una
soberana mierda pinchá en un palo. Pido perdón por la brutalidad del resumen,
pero es que perder el tiempo con libros subnormales me saca de quicio.
Son una especie de
haikús gilipollas, sin brillantez y sin pies ni cabeza, donde el sentido no
aparece por sitio alguno y donde uno tiene la constante sensación de haber sido
estafado por el autor, por el jurado, por la editorial y por la madre que los
parió a todos juntos. El único detallito que se salva está en la página 61, y
son tres versos que dicen así: “Puertos / donde la mar / nos deja sus
ciudades”. La inversión (que sea el mar quien regala las ciudades a la costa)
es hermosa, pero no justifica un libro, ni la hora invertida en la lectura.
En mala hora se me ocurrió.
1 comentario:
De verdad te aplaudo la sinceridad. No he leído el libro, eso que me ahorro, pero visto lo que dices, ni ganas. Algo he cazado por google y aún no me he recuperado de la impresión. Lo que sigue sin caberme en la cabeza, -tonta que es una- es que se premien semejantes bodrios. En fin, cosas de jurados y manejes.
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