Volvemos a estar de enhorabuena en la literatura
murciana, porque Santiago Delgado ha editado una nueva obra. En esta ocasión,
se trata de un volumen misceláneo donde, bajo el título de Camafeos (26 relieves de mujer), nos ofrece retratos de mujeres
aquejadas por infinitos dolores físicos o espirituales: mujeres lapidadas, mujeres cuya memoria
estuvo a punto de ahogarse entre las tapias de un convento de clausura, mujeres
que se consagraron a la devoción de un ser querido, mujeres que vivieron a la
sombra de varones mucho menos admirables que ellas mismas, mujeres que han sido
víctimas de la crueldad o de la incomprensión, mujeres de quienes ni siquiera
el nombre nos ha llegado, mujeres a quienes el escritor murciano dirige una
mirada distinta... El abanico es tan triste que sus veintiséis varillas dejan
una honda huella en el ánimo de quien lee esta obra.
En uno de los textos, Medea nos explica que vivimos
confundidos si pensamos en ella como en una mujer que sufrió por amor, y que
por despecho mató a sus propios hijos, cuando lo cierto es que no sintió en su
vida otro impulso más grande que el de su propia feminidad y el de la libertad
que necesitaba ver aparejada a él. De ahí que nos indique que “es la libertad
don mayor que el del amor” (p.15). En otro, Calypso expresa su dolor por haber
amado y haber perdido, siendo diosa, al mortal Ulises, que desdeñó el vasto don
de la eterna juventud y eligió la consunción lastimosa al lado de Penélope. En
otro, la Virgen María ,
desgarrada por el dolor al pie de la cruz donde han torturado y dado muerte a
su único hijo, rememora algunos de los instantes de su vida, y la amargura que
experimenta cuando observa las facciones tumefactas y sangrantes de Jesús. En
otro, conocemos el dulce estremecimiento que recorre a Fátima Ibn Mutanna, la
nonagenaria maestra de Ibn Arabí, cuando tiene que encontrarse con su joven
discípulo. En otro, escuchamos de viva voz a Malinche, la amante de Hernán
Cortés, quien se defiende ante la
Historia de todas las acusaciones de traición que le han
llovido durante siglos. Y en otro, en fin, nos enteramos de muchos detalles
interesantes acerca de doña Mencía de Mendoza, que financió en el siglo XVI los
viajes de becarios por Europa para estudiar, y que es señalada por Santiago
Delgado como “la verdadera inventora del actual Programa Erasmus” (p.110).
La gran curiosidad intelectual de Santiago Delgado,
que se extiende por los territorios de la pintura, la historia, la filosofía,
la religión o el mundo de los libros, aroma este volumen y lo vuelve una pieza
literaria que conviene tener en la biblioteca.
2 comentarios:
Preciosa reseña a un precioso libro 👏
Gracias, hermano.
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